La celebración de Halloween ya está a la vuelta de la esquina. Esta fiesta se inspira en el festival celta de Samhain. Según la tradición, durante el fin del verano existe una barrera entre el mundo de los humanos y el de los espíritus, donde los vivos y muertos se mezclan y por eso los vivos deben usar máscaras y disfraces.

Más allá de la celebración, hacer uso de disfraces y máscaras trae consigo miles de beneficios a nivel pedagógico y psicológico, en el desarrollo cognitivo, de coordinación y psicomotor en los niños, gracias a que el juego de disfraces fomenta la imaginación, el desarrollo del vocabulario y permite estimular la inteligencia en los niños.

Children Sport evalúa desde la perspectiva emocional, social, motora, cognitiva y fisiológica los beneficios de los disfraces en cada etapa de la niñez.

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Los niños hasta los dos años eligen imitar a sus padres o familiares cercanos; después de ello, empiezan a disfrazarse de profesiones: médico, bombero, policía son algunas comunes. Es sumamente importante que los padres dejen elegir de forma autónoma los disfraces en los niños, incluso dejarlos crear sus atuendos en casa si ellos lo desean.

• Aprendizaje de simbolización y estimulación de creatividad. La simbolización hace referencia a la capacidad del ser humano de ir utilizando lo que el mundo externo le ofrece (cosas, personas, palabras) para sentirlo como una representación de algo suyo.

Así, "el disfraz fomenta la creatividad, ayuda en la socialización y favorece la coordinación psicomotriz fina y gruesa, además de influir en todo el desarrollo en cuanto a relaciones sociales, fomentando la creatividad, la autoconfianza y sensación de libertad”, añadió Conchita Otálora de Segura, psicóloga de Children Sport.

• Fomenta las habilidades lingüísticas. El juego de roles permite añadir nuevas palabras al vocabulario de los niños gracias a que describe la forma de comportamiento y el día a día del personaje que van a interpretar.

De igual forma, esta actividad permite que los niños vean de forma divertida sus experiencias desde otro punto de vista e imiten situaciones que permiten empatizar de forma más directa con otros contextos.

• Vence miedos por la timidez. Los disfraces ayudan a interpretar nuevos personajes, de esta forma un niño puede desinhibirse con esta práctica. Sin embargo, en caso tal que un niño no se muestre receptivo a usar disfraces no se recomienda forzar y desde casa construir disfraces con herramientas sueltas.