Por: Pamela López
Periodista de EL NUEVO SIGLO
La obra más famosa del compositor ruso Alexander Borodin, y de por sí una de las más exigentes, se transmitirá en vivo desde la Metropolitan Opera de Nueva York este sábado a las 12 m. en las salas de Cine Colombia.
El telón se sube con El príncipe Ígor, que vuelve a ser producida por la misma compañía casi cien años después y luego de que Rimsky-Korsakov y Glazunovterminaran la obra de Borodin, quien no la culminó debido a su fallecimiento.
Sin embargo, los asistentes y espectadores disfrutarán de una puesta en escena 100% borodiana, pues Dmitri Tcherniakov y Geandrea Noseda, encargados de llevarla al escenario en esta oportunidad, dejaron a un lado los aportes de los dos compositores y recurrieron al manuscrito original, para agregarle escenas inéditas que tienen el sello del músico ruso.
EL NUEVO SIGLOhabló con Simón Samper, asesor de prensa de Cine Colombia, sobre esta puesta en escena.
EL NUEVO SIGLO: Dmitri Tcherniakov y Gianandrea Noseda le darán su toque personal a la obra de Borodin, ¿qué esperar?
SIMÓN SAMPER: Creo que ellos querían hacer una versión lo más auténtica posible y rescatar desde las fuentes primarias algo del carácter original de la música de Borodin. Sin embargo, es muy poco lo que ellos lograron incluir nuevo, porque encontraron un manuscrito en donde sale el orden de las áreas escrito por el autor. Lo que hicieron fue descartar la música de Rimsky-Korsakov y Glazunov para tratar de tener una versión más auténtica boridiana.
ENS: ¿Cuál es el reto al que se enfrenta esta puesta en escena?
SS:El gran reto es montar una obra que tiene dimensiones descomunales, por el tamaño de los coros, el nivel de exigencia técnica para los solistas y porque el personaje principal atraviesa un desarrollo psicológico. Esa vaga línea entre lo real y lo fantasioso es un reto para los productores, porque no se sabe qué está pasando en la mente de Ígor y qué pasa en la realidad.
ENS: Sabemos que Ígor se va a una campaña militar, tiene la presión de su pueblo y los augurios no le favorecen, pero en realidad su dilema es más psicológico y de un encuentro personal…
SS: Sí, él toma la decisión de irse a la campaña en contra de todos los pronósticos, pues la primera escena inicia con un eclipse de sol que es para los boyardos (nobles terratenientes eslavos) una mala señal, aunque él rechaza la recomendación y prosigue con su plan. Después de ser capturado empieza todo ese proceso de arrepentimiento y descubrimiento de sí mismo, que es la gran historia de la ópera. En El príncipe Ígor también se presenta una reflexión en torno al despropósito y el horror de las guerras, que es finalmente otro de los pensamientos del protagonista.
ENS: ¿Qué podemos esperar de la interpretación de Ildar Abdrazakov?
SS: Lo más impresionante es el don fisiológico que tiene Ildar Abdrazakov y que ha podido desarrollar al máximo a través del canto lírico, que es una técnica que lleva la capacidad vocal de una persona al tope en cuanto al volumen, al timbre de la voz y la capacidad pulmonar.
ENS: ¿Por qué pasaron casi 100 años para que El príncipe Ígor se produjera de nuevo bajo esta compañía?
SS: Lo que pasa es que es muy poco producida porque fue una ópera incompleta y ensamblada por otros compositores contemporáneos, a esto se suman las exigencias escenográficas, la de los solistas y las dimensiones que requiere. Por eso se necesita un teatro y compañía grandes.
ENS: ¿Son las danzas polovtsianas la cumbre de la ópera?
SS: Diría que sí, porque tiene las melodías más fáciles de recordar, los coros, y realmente se muestra la genialidad de Borodin, que no era músico de profesión sino químico, pero componía los fines de semana a manera de hobby.
ENS: Para los que no saben nada de ópera ¿les recomendaría empezar por esta puesta en escena?
SS:Sí. Cualquiera puede quedar enamorado de esta obra, además es muy fácil disfrutar la música porque es la que narra el drama interno de los personajes.
ENS: ¿Cuál otro título recomienda de la temporada de ópera?
SS: El 15 de marzo viene Werther, una ópera del compositor Jules Massenet, que está basada en una novela epistolar de Goethe, el escritor alemán por excelencia. Esta obra es mucho más sencilla, y es la historia de un hombre y una mujer que se enamoran pero no pueden estar juntos. Werther es un dilema entre la lealtad y el amor verdadero.