La Semana de la Moda de París debutó con una jornada consagrada a los jóvenes talentos, entre los que destacan tres diseñadores de Bélgica, que están dejando su huella en el paisaje de la moda, con sus líneas arquitecturales y fluidas.
Anthony Vaccarello, Cédric Charlier y Véronique Branquinho , que presentan sus colecciones para el otoño e invierno próximo en el primer día de los desfiles de prêt à porter, confirman que Bélgica, y Amberes en particular, es actualmente, una de las cunas de la moda y el diseño
Algunos de estos diseñadores, como Branquino, son egresados de la Real Academia de Bellas Artes de Amberes, una de las mejores escuelas del mundo, donde estudió también Martin Margiela, Dries van Noten y Haider Ackerman -nacido en Bogotá y adoptado por una pareja de franceses-, cuyos desfiles figuran entre los más aclamados en París, por su sorprendente paleta de colores y la elegancia de los cortes.
"¿Cómo se explica que muchos creadores belgas están cambiando el paisaje de la moda en París, capital indiscutible de la Alta Costura"?, preguntó la AFP a Cédric Charlier, en vísperas de la presentación de su colección.
"Bélgica es un país chico, donde no existen los códigos de la Alta Costura, donde todo está aún por inventar", explicó el modista de 34 años, que conversó con la AFP al tiempo que ponía los últimos toques de costura en una de sus creaciones, modelada en su taller parisino por una joven sumamente delgada, alta y rubia.
"Como no tenemos una historia de la moda, eso no pesa sobre nuestros hombros, lo que ayuda a despertar la imaginación", señaló.
"Creo que es por eso que tenemos una gran libertad para inventar, y soñar", dijo Charlier, quien antes de lanzar su propia marca, hace tres años, trabajó con el israelí Alber Elbaz, al frente de las colecciones de la histórica casa Lanvin, y fue durante cuatro años director artístico de la firma Cacherel.
"Bélgica parece un país donde no hay nada, pero está lleno de sorpressa", aseguró el joven diseñador, cuya colección, salpicada por el color, se inspira en el arte flamenco del Medioevo, pero es resueltamente moderna.
Sus vestidos son ceñidos, de corte intricado, pero al mismo tiempo se mueven con fluidez y parecen fáciles de usar. El vestido negro que modelaba la chica durante la entrevista estaba adornado con bellos bordados inspirados en las coloridas iluminaciones de manuscritos medievales flamencos.
El corte de los abrigos y chaquetas es femenino, con los hombros redondos, y los tejidos con nobles: algodón, satín, cashmere, pero también algodón, que Charlier trabaja para darle una mayor suavidad.
El diseñador, aunque resalta el lado onírico y artístico de su trabajo, recalca que sus creaciones "están ancladas en la realidad", y se dirigen a las mujeres de hoy.
Diplomado de la Escuela de Artes Visuales de Bruselas , Charlier lanzó su propia marca con el apoyo del industrial italiano Aeffe, que produce y distribuye numerosas nombres de lujo.
Sus diseños, así como los de Vaccarelo, figuran cada vez más en las alfombras rojas, y se exportan a varios continentes.
El lunes, una foto de Kim Kardashian, la compañera del rapero Kanye West, modelando un vestido de Charlier, hizo correr tinta en la Red.
"Pero yo no ando detrás de las celebridades, ella compró el vestido, es una clienta", dijo el creador, cuya actitud contrasta con la de otros diseñadores, que, como es un secreto a voces en el mundo de la moda, pagan altas sumas a celebridades para que vistan sus creaciones.