Fidel Castro, Jack Nicholson, Winston Churchill, Groucho Marx, Arnold Schwarzenegger... todos pasaron por las manos del cubano Janio Núñez para convertirse en esculturas excepcionales, hechas exclusivamente con hojas de tabaco.
El artista usa las hojas del mejor tabaco, el que se cosecha en la región de Vuelta Abajo, en el oeste de Cuba, y con las que se hacen los más famosos puros del mundo, entre ellos Cohíba y Romeo y Julieta, estrellas del Festival del Habano, la gran fiesta del humo azul, inaugurada esta semana en La Habana.
Las esculturas de tamaño natural de Churchill, de pie con gabardina y sombrero; de Nicholson, muerto de risa sobre un enorme sillón; o del 'Exterminador' Schwarzenegger, vestido de 'ranger' tras las rejas, le demandaron meses de trabajo a este pequeño y travieso cuarentón, cuya obsesión por el tabaco casi se convirtió en una enfermedad mental.
"Veía a mis amigos en tabaco. Vestidos con hojas de tabaco. Soñaba con el tabaco. Tuve que ir a ver a un médico, un psicólogo", explicó a la AFP Núñez, quien trabajaba como "torcedor" (el que hace los puros) en un gran hotel de Varadero, el principal balneario de la isla, 150 km al este de La Habana.
"Entonces, como remedio, una noche, comencé a hacer figuras, objetos, todo con tabaco macizo. Mi primera pieza fue la cabeza del indio que decora los puros de la marca Cohíba", creada a partir de los habanos que fumaba el líder cubano Fidel Castro, quien abandonó el hábito en 1986, añadió.
Su obstinación lo llevó a pasar tres semanas tratando de reunirse con el director de la compañía Habanos S.A., comercializadora exclusiva de todas las marcas de puros cubanos, para presentarle su trabajo.
"Dígame si vale la pena. Si me dice que no vale nada, lo destruyo de inmediato", le dijo al director, que finalmente aceptó recibirlo premiando su constancia, según narró.
¡Bingo! El director fue seducido y ordenó que las obras fueran exhibidas en 1998 en la Feria Internacional de La Habana, la mayor bolsa comercial de la isla y, al año siguiente, en la primera edición del Festival del Habano.
A partir de entonces Núñez dio rienda suelta a su obsesión por el tabaco y se lanzó a trabajar en la colección "Fumadores célebres", que también incluye al Che Guevara, Charlie Chaplin, Luciano Pavarotti, Compay Segundo y famosos tabacaleros, como el cubano Alejandro Robaina, fallecido en 2010.
Como las obras de pequeño formato no le bastaban, en 2000 realizó la primera de tamaño natural, Churchill, que muestra al ex primer ministro británico fumándose un puro, y la cual motivó una visita de su nieta, Celia Sandys. La pieza pertenece a un coleccionista italiano que vive en Venezuela.
En cambio, Nicholson y Schwarzenegger desaparecieron. "En los meandros de una exposición en la República Dominicana, me tuve que ir dejándolos detrás y nunca los pude recuperar", se lamentó Núñez, abrumado por la pérdida de esas piezas, estimadas cada una en varias decenas de miles de dólares.
Luego, Núñez encontró Dios y dejó de fumar: "Quería ser famoso, pero cuando la fama cayó sobre mí, no estaba listo", confesó el artista, que siguió varios cursos para hacerse pastor evangélico, graduándose en 2006. Dos años después, la pasión por el tabaco resurgió y se lanzó a la creación.
Establecido desde 2011 en un taller rural en Guanabo, cerca del mar, a media hora de La Habana, relanzó su producción, alternando entre pequeñas piezas artesanales destinadas al turismo y otras curiosas y más ambiciosos, inspiradas por su fe.
Su principal proyecto es ahora el fresco "Fundamentos de la humanidad". "Dios me lo revelara", aseguró sonriente, acariciando con pasión sus hojas de tabaco.
AFP