Bajo una lluvia de confeti y a ritmo de samba, el voluminoso rey Momo recibió las llaves de la ciudad de manos del alcalde de Rio de Janeiro, Eduardo Paes, y declaró oficialmente inaugurado su reino de cinco días de locura carnavalesca.
"¡Viva la monarquía! ¡Viva el rey!", gritaron algunos integrantes de su corte, entre ellos un puñado de viejos sambistas cariocas con sombrero y zapatos bicolores de charol, al verlo bajar de un auto antiguo en el que llegó al Palacio de la Ciudad de Rio.
De traje blanco bordado con detalles de strass y zapatos igualmente blancos, el rey Momo, un empleado bancario de 33 años y 150 kg de peso, asumió por quinto año consecutivo el reinado del carnaval junto a una reina y dos princesas.
Frente a las puertas del palacio, la orquesta municipal comenzó a tocar "Cidade maravilhosa", y el relajado alcalde de Rio, Eduardo Paes, de sombrero panamá blanco, jeans y collar de flores turquesas al cuello, se arrodilló frente al rey Momo, le hizo una reverencia, le besó la mano y, finalmente, le entregó la enorme llave repleta de lentejuelas doradas y plateadas que representa el gobierno de Rio.
"Quiero desear a todos los cariocas un carnaval con mucha paz, con mucha alegría. Que bajo su reinado la ciudad pueda divertirse y conmemorar este momento especial de la cultura y la historia carioca", dijo Paes.
"Paso en este momento a su excelencia, el magnifico, fantástico, increíble rey Momo todo el poder que me fue conferido en las urnas en la última elección de octubre, y a partir de hoy todas las cuestiones de la ciudad de Rio de Janeiro deben ser tratadas por el rey Momo", afirmó.
Emocionado, el rey Momo -Milton Rodrigues da Silva- destacó el "orgullo" de reinar sobre el carnaval durante cinco años seguidos, antes de lanzarse a sambar con Paes, la reina, las princesas, la vieja guardia de la samba y dos actores en zancos con espectaculares trajes dorados.
"Nuevamente estoy acá con mucho placer, mucho honor de dirigir la ciudad durante cinco dias de 'folia' (locura). Es un privilegio, además de una responsabilidad. Tengo el orgullo de dirigir esta fiesta que es para el mundo entero", indicó.
Las autoridades estiman que unos seis millones de personas participarán en el carnaval de Rio, incluidos 900.000 turistas. Unos 14.500 policías han sido movilizados para garantizar la seguridad de la fiesta, que culmina en la mañana del martes tras los apoteósicos desfiles en el Sambódromo.