Artesanos franceses y alemanes llevan a cabo el proceso de limpieza y restauración de los vitrales de la catedral de Notre-Dame de París, que sobrevivieron al incendio de abril de 2019.
Se trata de una de las primeras operaciones de restauración del interior de la catedral, con la vista puesta en su reapertura en 2024.
“Un objetivo ambicioso”, reconoció Jean-Louis Georgelin, general del ejército francés, responsable de la supervisión de la restauración del edificio.
El 15 de abril de 2019, un gigantesco incendio asoló esta obra maestra del arte gótico, provocando el derrumbe de su armazón, su famosa aguja, su reloj y parte de su bóveda, ante la mirada atónita de millones de personas en todo el mundo.
Las labores de seguridad y de consolidación del edificio comenzaron el 16 de abril de 2019, un día después del siniestro, y concluyeron a mitad del 2021. Durante los dos primeros años se quitaron escombros, apuntalaron bóvedas, se realizaron labores de descontaminación de plomo y se consolidó la estructura del edificio. Luego se seleccionaron los robles que se necesitan para reconstruir, de manera idéntica a las originales, la aguja y la “charpante”, el armazón de madera, de la catedral. Tras el incendio, Notre-Dame recibió una lluvia de millones para su restauración: 340 mil donantes procedentes de Francia y 150 países.
Ejército de artesanos
Para la restauración de los ventanales se dispusieron ocho talleres. Un ejército de artesanos franceses y pintores de la catedral de Colonia (oeste de Alemania) trabajan incansablemente en la recuperación de los vitrales de la nave, del coro, del crucero y de la sacristía, afirmó la institución pública que gestiona la conservación y la restauración de la catedral.
Los vitrales de las capillas y de las tribunas están siendo limpiadas directamente en Notre-Dame. La maestra cristalera Flavie Vincent-Petit se ocupa de varios de los 39 "ventanales" de la iglesia, de "3 metros de ancho y entre 8 y 9 de alto", explica a la AFP.
Las vidrieras del coro son del siglo XIX y en ella aparecen representadas figuras bíblicas y religiosas. “El arquitecto Viollet Le Duc busca recuperar la luz tamizada de la Edad Media", detalla Vincent-Petit. "Las de la nave son de los años sesenta y de inspiración abstracta", añade.
Solo los rosetones de la iglesia datan de la época medieval, y "no se vieron afectados por el incendio, por lo que no están dentro del programa de restauración", precisa esta artesana.
- Le puede interesar: Película colombiana se estrena en el Festival de Venecia
Ensamble delicado
El proceso de limpieza, en el que trabajan unos 15 maestros cristaleros franceses, empieza con el desmontado de las vidrieras, ensambladas con plomo sobre un soporte llamado "cerrajería"; luego documentan su estado y los numeran.
Seguidamente aspiran las partículas de polvo, frotan la suciedad con algodones bañados en una mezcla de agua y alcohol y reparan las fisuras.
Estos vitrales nunca han sido limpiados desde su instalación, hace más de 150 años, pero debajo de la suciedad se aprecia un color que no ha cambiado desde entonces, destaca Vincent-Petit.
Más de 800 años de historia en llamas
El mundo recuerda ese 15 de abril de 2019 cuando todo un símbolo de la cristiandad europea ardía a la vista de millones de personas. La catedral de Notre-Dame de París sufría las consecuencias de un incendio provocado por las obras que se realizaban en su interior. La joya del gótico quedó gravemente afectada tras el hundimiento de parte de la bóveda y la famosa aguja que la remataba.
Más de 800 años de historia resultaron gravemente dañados en el incendio. Luego de ese trágico evento, el paso siguiente es la restauración. Un proceso que, según los entendidos, no será breve. Al contrario, estimaciones indican que podría extenderse por décadas.
Sin embargo, Francia se consagró a la tarea de restaurar el templo parisino y puso fecha a su reapertura: el año 2024.
Antes del incendio el templo tuvo una restauración efectuada por el arquitecto y escritor francés Eugène Viollet-le-Duc. Se efectuó a mediados del siglo XIX. Duró dos décadas, 23 años para ser más exactos. Este trabajo minucioso realizó excavaciones bajo la catedral que revelaron la existencia de catacumbas de la época romana y habitaciones medievales.
Fue un trabajo calificado como monumental, en el cual el experto quiso dejar su sello con la aguja, un elemento que no estaba presente antes de su restauración, pero que evocaba un diseño que buscaba tocar el cielo.
Este ícono se derrumbó con las llamas, lo que la humanidad ha lamentado por ser, además, sede de la coronación de Napoleón Bonaparte, de la beatificación de Juana de Arco y la coronación de Enrique VI de Inglaterra. En 1991 fue denominada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Además, el monumento alberga muchas joyas del arte, y por su valor cultural, ha formado parte fundamental de la constitución del pueblo parisino, francés y europeo.
Este templo es mucho más que uno de los edificios más icónicos de París. En palabras de la directora de la Unesco y exministra de Cultura de Francia, Audrey Azoulay, Notre Dame "representa un patrimonio universal excepcional", dado que es un "monumento histórico, arquitectónico, espiritual y literario".
Tesoros valiosos
Por eso, la noticia del devastador incendio que afectó a la catedral causó conmoción en todo el mundo, por su valor inconmensurable. Se destacan cinco de sus más valiosos tesoros y cómo se vieron afectados.
Reliquias sagradas. La corona de espinas que usó Jesús de Nazaret en el momento de la pasión, un trozo de la cruz y algunos clavos de los que fueron utilizados durante su crucifixión son algunos de los objetos guardados en Notre Dame y considerados como sagrados. Es una de las reliquias más valoradas por los creyentes parisinos, llegó a la ciudad de la mano del rey de Francia Luis IX en 1238. En el año del incendio fue trasladada a un lugar seguro junto a otras reliquias, como la túnica de San Luis, que también se guardaba en la catedral.
Rosetones. Notre Dame cuenta con tres enormes vitrales con forma de rosa en las fachadas norte, sur y occidental. Estos contienen muchas piezas que datan de los siglos XII y XIII, con paneles originales así como otros agregados durante obras de restauración.
Órgano. Tiene cinco teclados y unos 8.000 tubos. El órgano principal de la catedral de es el más grande que existe en Francia. Su construcción data del siglo XVIII. Durante la década de 1860 el instrumento fue modificado para duplicar el número de tubos y en 2013 fue restaurado de manera exhaustiva.
El instrumento sufrió daños considerables. Mientras que algunas pinturas tuvieron detrimentos menores por el humo y fueron llevadas al Museo del Louvre para protegerlas, conservarlas y restaurarlas.
Un bosque en el techo. El techo de madera de la catedral era uno de los más antiguos que aún existían en Europa. Cada una de sus vigas fue hecha con un árbol distinto, por lo que se estima que para su construcción fue necesario cortar unos 1.300 robles. Los informes del incendio indican que gran parte del techo de la edificación quedó destruida por las llamas.
Gárgolas. Talladas en el siglo XIX con el objetivo funcional de conducir el agua de la lluvia lejos del edificio, las gárgolas se han convertido en una imagen clásica de Notre Dame. Estas figuras fantásticas fueron añadidas durante unas obras de restauración realizadas entre 1843 y 1864. No sufrieron daños porque una semana antes del incendio habían sido removidas para una refacción.