El montaje es dirigido por el polaco Pawel Nowicki y contará con la participación del Club de Actores, el cual está encabezado por Robinson Díaz.
Los convencionalismos sociales y el teatro burgués quedaron atrás luego de que el dramaturgo Federico García Lorca creara El Público en 1930, una puesta en escena que será retomada por el Club de Actores bajo la dirección de Pawel Nowicki.
A través de este montaje se puede conocer el surrealismo que fue explorado por García Lorca en sus obras teatrales, un movimiento que le permitió al poeta expresar todas aquellas cosas que no eran permitidas en la época; en realidad lo que buscaba el autor era enfrentar al público burgués a verdades ocultas por medio de métodos poco ortodoxos.
Aunque fue creada en 1930 sólo fue estrenada 56 años más tarde, ya que los temas del montaje eran censurados por la sociedad de la época; sin embargo, esta puesta en escena se consideró como la obra teatral más importante del siglo XX.
En este montaje surrealista los asistentes vivirán en un mundo de ambigüedad en el que les costará trabajo identificar qué parte es real y cuál es una alucinación; la obra estudia los deseos reprimidos y defiende el derecho a la libertad.
Esta controvertida puesta en escena estará el 19 y 20 de este mes en el Teatro Estudio a las 8:00 p.m., junto con Comedia sin título, también de García Lorca. La pieza teatral será representada por el Club de Actores, conformado por Robinson Díaz, Ana María Sánchez, Ania Nowicka, Elkin Díaz, John Alex Toro, Ramsés Ramos, Alberto Rodríguez, Alberto Barrero, Bernardo García, Nury Márquez, Ella Becerra, Jenny Lara, Ximena Argotty y José Luis García.
En 2011 el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo estrenó su primera producción Comedia sin título y El Público, agrupando en un mismo espectáculo dos obras del célebre escritor Federico García Lorca. Este montaje regresa al Teatro Estudio para dos presentaciones antes de viajar a España, donde hará una temporada en los Teatros del Canal de Madrid.
En palabras del mismo Nowicki, las dos piezas que componen la obra son "dos dramas completos o bosquejados, que brillan con una especial, atemporal y universal belleza". Estas obras confirman el vínculo de García Lorca con el movimiento surrealista y le permiten al espectador acercarse a la propia y particular visión que del teatro y el arte tenía el escritor español.
¿Por qué montar estas dos piezas? Porque sencillamente estos dos dramas son una maravillosa reflexión sobre la creación y el artista. Lo que dice el director sobre el teatro en la última escena de El Público es absolutamente único y no comparable con nada, aunque se haya escrito sobre este tema muchas miles de palabras: "En este tiempo, cuando los artistas del teatro dejaron de ser demiurgos, y ni siquiera alcanzan la categoría de artesanos, solamente cumpliendo su patético papel de payasos, divirtiendo cada vez más a sus irreflexivos espectadores, que se convirtieron en el verdadero Dios, en el ídolo del teatro, esta reflexión, hecha hace 70 años, es muy penetrante".