El pecado de ser bipolar en Colombia | El Nuevo Siglo
Martes, 28 de Octubre de 2014

Se calcula que en Colombia más de dos millones de personas sufren de bipolaridad, un trastorno mental severo que es necesario tratar clínicamente. Sin embargo, quienes la padecen se encuentran en condición de abandono por parte del Estado y sus familias.

Estos son algunos de los datos que revelaron la Universidad de La Sabana y la Asociación Colombiana de Bipolares, en el Simposio “El estigma de la salud mental y los medios de comunicación” que se realizó ayer en Bogotá.

Asimismo, se estima que el 3% de la población adulta en el país padece de este desorden mental y que el 15% de los individuos en esta condición se suicidan debido a la soledad. Uno de los problemas para que la enfermedad sea más grave es que en el país se subestima, pues además del abandono al que está sometida, los pacientes no reciben tratamiento oportuno.

Según el informe, más de la mitad de los pacientes bipolares tienen entre 18 y 23 años; el 20% están entre los 30 a 40 años y el restante está por encima de los 50. Sin embargo, señala el documento, hay niños con esta enfermedad. Sus síntomas se asemejan al bienestar que se produce al tomarse unos tragos o con la tristeza que se siente en una depresión extrema. Para confirmar su diagnóstico los síntomas deben ser intensos y durar más de 15 días.

De todos los individuos con desorden bipolar, señala el informe, el 80% no han sido diagnosticados, no reciben tratamiento y cuando comienzan a sentir síntomas recurren a adivinos, bioenergéticas, brujos, o exorcistas, y si su condición no mejora y por el contrario evoluciona al punto de tener niveles de intensidad grave, aguda o psicótica, empiezan a buscar ayuda profesional.

Según Jorge Noriega, director de la Asociación Colombiana de Bipolares (ACB) y asesor médico de la Clínica Universidad de La Sabana, este desorden mental es muy difícil de diagnosticar. Al principio presenta síntomas muy normales para cualquier individuo, pero esto se va desencadenando en episodios depresivos en los que la mente se nubla y todo parece difícil o imposible de realizar.

“Los síntomas por épocas se presentan en forma acelerada convirtiéndose en episodios maniacos, pero en otros momentos desaparecen y pueden tardar en aparecer. Para confirmar su diagnóstico estos deben ser intensos y durar más de 15 días”, afirma Noriega.

Desafortunadamente, explica el especialista, el Desorden Bipolar es una condición médica que se desarrolla lentamente y solo cuando ha evolucionado de forma grave o aguda se detecta su existencia. “Según las estadísticas puede tardar hasta ocho años en manifestarse y los pacientes suelen consultar hasta seis médicos para el diagnostico final, pues esta condición es engañosa”, agrega. 

Adolescentes: los más propensos a la bipolaridad  

En Colombia, el 60% de las personas diagnosticadas tienen entre los 18 a 23 años; jóvenes que ven afectadas sus vidas en el ámbito académico, familiar, social y laboral. Una proporción cercana al 5% corresponde a niños menores de 17 años, donde el diagnóstico de los síntomas es más complicado.

Se estima que el 1% de la población adulta colombiana tiene Desorden Bipolar en forma grave (Tipo 1, con síntomas psicóticos) y, el 2% lo padece leve o moderadamente  (Tipo II).

A diferencia de otros trastornos afectivos, la bipolaridad incide en ambos sexos casi de la misma forma. “El primer episodio de hombres suele ser maníaco, mientras que en las mujeres la costumbre es que sea el depresivo”, dice Noriega.

En el 60% de los casos el primer episodio de la enfermedad se asocia a tristeza extrema. Algunos factores de riego son: problemas económicos, el divorcio, la soledad, la adicción al alcohol o las drogas y antecedentes familiares de la enfermedad.

¿Cómo debe ser el tratamiento?

La Ley Esperanza de Salud Mental (1616 de 2013), contempla el Plan de Tratamiento Integral, que debe ser proporcionado por “Equipos Multidisciplinarios” conformados por diferentes especialistas: psicólogos, psicólogos vocacionales, terapistas ocupacionales, trabajadores sociales y deportólogos.

Durante su intervención se recomienda hacer ejercicio a diario, no trasnochar, respetar los horarios de sueño, no consumir sustancias psicoactivas, alimentarse sanamente, tener hábitos constructivos, no consumir alcohol o hacerlo en bajas dosis, nada de “chicharrones”, tener relaciones sanas, fortalecer la parte espiritual sin fanatismos, entre otros.

Con relación a la cura, es importante tener en cuenta que la condición bipolar es genética, se hereda; su consecuencia es una alta vulnerabilidad del cerebro al estrés. “Una vez se desata el primer episodio, se genera una cadena de nuevas crisis o recaídas. Por esto, la idea no es buscar la cura sino encontrar la estabilidad, a través de la aceptación, comprensión y concientización del trastorno”, señala Noriega.

Aunque las cifras arrojan que el 15% de los individuos con desorden bipolar se suicida, la mayoría de los casos son predecibles, pues son asociados con situaciones de estrés ya sean causadas por la misma persona, por la familia, el trabajo o la sociedad. 

La bipolaridad está implícita en todos los seres humanos, pues somos capaces de pasar de la alegría a la tristeza de un momento a otro. Sin embargo, estos sentimientos no se asimilan a ser patológicamente bipolar donde la intensidad, frecuencia y duración de los síntomas (cognitivos, emotivos, físicos, sexuales, etc.), se salen de los patrones considerados como “normales” o típicos o comunes.

 

EL 80% personas que sufre el trastorno no han sido diagnosticadas, no reciben tratamiento o acuden a la ayuda de chamanes./