El programa creado por el actual Ministerio de Educación se encuentra debilitado y no tiene los resultados, ni los beneficios esperados. Urge retomar proyecto similar a Ser Pilo Paga
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HACE más de un año que el gobierno actual lanzó el programa Generación E como la alternativa para desaparecer Ser Pilo Paga. Para hacerlo se valieron de argumentos para justificar la inviabilidad del programa bandera del gobierno de Santos. El argumento era que no sólo se reconocería a los mejores bachilleres de escasos recursos para ingresar a las universidades acreditadas de alta calidad, también se proponía desarrollar convenios para la mejora de infraestructura de las universidades públicas y subsidio de sostenimiento a los estudiantes más pobres que ingresaran a las universidades públicas.
Los dos últimos no eran tan representativos, pues inclusive antes de Ser Pilo Paga, las universidades públicas no cobraban matrícula o era mínima a los estudiantes más pobres, inclusive algunas garantizan servicios de desayuno y almuerzo gratis a los estudiantes más pobres y en otras subsidios hasta del 80% en las cafeterías para alimentación.
Así, el componente de Generación E, sería el de Excelencia, es decir la continuación adaptada de Pilo Paga. El asunto, es que las condiciones eran que los estudiantes deberían aportar el 25% de la matrícula y la universidad asumir otro 25%, por lo tanto, el Gobierno aportaría sólo el 50%.
Desde acá comienza el problema, pedir descuentos a las universidades transmite un mensaje que se puede “regatear” el valor de la educación y se asume que es un negocio. La educación de calidad cuesta. Tener profesores doctores, ofrecer salarios dignos, invertir en ciencia e investigación, construir infraestructura, producir conocimiento y bienestar, cuesta. Al contrario, las acreditaciones deberían reconocer a quienes hacen eso y lo hacen bien.
Por otra parte, pedirle a los estudiantes más pobres que consigan entre 2 y 4 millones semestrales para pagarse en universidades privadas acreditadas de alta calidad, ya pasó factura. Varias universidades han manifestado que estudiantes de Generación E no volvieron, algunos manifiestan que no tienen como seguir pagando el 25% que les corresponde y les preocupa más la deuda adquirida con el gobierno. Es decir terminaron con dos deudas.
Año y medio después del lanzamiento de Generación E, los resultados son muy discretos. No es un programa reconocido, no se promociona y no tiene que mostrar. A la fecha no hay noticias publicadas de obras que se estén haciendo en las universidades estatales en el marco del programa y la generación excelencia no se ve. El Ministerio de Educación prefiere que esto pase en silencio, por no reconocer el fracaso del programa y el retroceso que implicó en temas de inclusión y de calidad acabar con Ser Pilo Paga.
Por eso, conviene resurgir el programa o uno similar inspirado en Ser Pilo paga que demostró ser exitoso. Los grados recientes de universidades como Icesi y Andes evidenciaron que los mejores fueron los pilos. Así que en necesario que el sector privado se una ante la incapacidad del Ministerio de Educación. Urge que la sociedad civil desarrolle estrategias para apoyar programas que permitan que los jóvenes más pobres con excelentes resultados en las pruebas Saber puedan ingresar a universidades acreditadas de alta calidad, que reciban el pago de su matrícula y el sostenimiento, y que su compromiso sea estudiar, graduarse, aportar al país como profesionales y contribuir al cierre de las brechas sociales y a combatir el Apartheid educativo que varios quieren con la propuesta de pobres a universidades estatales y clase media y alta a las privadas. Esa segmentación es lo que tanto daño le ha hecho al país, debemos hacer que tanto las públicas como las privadas sean diversas e incluyentes en todo sentido.
Por otra parte, urge del Gobierno también que el Icetex informe los modelos de financiación que ha analizado. Ha pasado ya año y medio y tampoco definen que se va a hacer. Definir la política de financiación va a permitir establecer políticas de acceso a la educación superior de calidad, que hoy no están presentes.