El Imperio de lo breve | El Nuevo Siglo
Martes, 1 de Octubre de 2013

Por: Jerónimo Rivera Betancur*

 

Hace algunasdécadas se decía, de forma apocalíptica, que el tiempo y el agua serían los recursos que más se valorarían en el futuro. Esta afirmación temeraria nunca ha tenido tanto sentido como ahora. Hoy es común escuchar: “me interesa, pero no tengo tiempo”. 

Actualmente no hay tiempo para leer, tampoco para encontrarse con otros, ni para disfrutar del ocio (que cambiamos a diario por neg-ocio). Esta situación ha llevado a muchos reacomodos como los siguientes: las cartas se transformaron en mensajes de 140 caracteres (que parecen ser sufi…); la comunicación cara a cara pasó a ser face to face-book, que acerca a los ausentes pero reemplaza los abrazos por caritas felices; y hasta la academia ha experimentado este cambio y ahora el rey es TED, un formato gringo de conferencias inspiradoras de 15 minutos que, valga aclarar, a veces dicen más que una larga disertación.

Cine y teatro no escapan tampoco al fenómeno. Antes era un reto hacer filminutos y sufríamos para no exceder 60 segundos con narraciones que siempre creíamos incompletas, pero ahora hay festivales de seis segundos en donde no se desarrolla una idea pero sí hay historia.  En teatro también se innova con “microteatro”,  experimento de sitios como “La maldita vanidad” y “Casa-ensamble”, con obras completas de muy corta duración.

No quiero decir que esto esté mal, claramente es una evolución que puede ser provechosa para el avance de los lenguajes, pero abruma constatar que la rapidez ha invadido todos los aspectos de la sociedad. Pasamos de la comida a la conversación, de las artes a la academia. Quisiera argumentar mejor esta idea,  pero se me acabó el tiempo.

*Profesor Universidad de La Sabana