La situación sociopolítica del país fue el tema central de las obras de la creadora del arte moderno Débora Arango, a quien le rinden un homenaje en el Museo Nacional mediante una retrospectiva de su obra, la cual se manifiesta en la exposición Sociales. Débora Arango llega hoy.
La investigación, que indaga sobre la condición de género y sus implicaciones sobre la noción del concepto “Sociales”, cuenta con un número importante de entrevistas en video a personas que conocieron y acompañaron la vida productiva de la maestra Arango; una serie de videos que narran fragmentos de la vida social y política de Colombia en los momentos en que la artista trabajó; una selección del archivo de prensa personal de la maestra, que da cuenta de lo acontecido entre los años 30 y 50, y una selección de material de audio, pues la radio resulta de gran significación al ser uno de los medios fundamentales en la transmisión de noticias y la construcción de imaginarios de la época.
El pensamiento que Arango concreta en su obra contribuye a la construcción de un imaginario colectivo que, a manera de crónica, se convierte en la conciencia de la nación, asunto que tiene consecuencias complejas para el presente que conoció y que definitivamente representaría una idea misma de realidad en la década de los años 80, cuando Débora es rescatada del olvido y se le otorga el lugar que hoy la sociedad le ha conferido. Pionera del arte moderno en Colombia, aunque su obra es considerada actualmente como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional, Débora Arango tuvo que luchar durante toda su vida contra los prejuicios y el rechazo de las elites políticas colombianas, debido en gran parte a la altísima carga de crítica social contenida en varios de sus cuadros sobre la época de La Violencia y los inicios del Frente Nacional (1946-1963). Estas obras constituyen hoy un importante lugar de memoria y hacen parte de esta muestra: Huelga de estudiantes, El tren de la muerte, Los derechos de la mujer, La lucha del destino, Justicia, El almuerzo de los pobres. A estas piezas se suman, a manera de paralelo y contraste, 13 retratos de sociedad que la maestra ejecutó en la década de los años 50 y que dan sentido global a las posibilidades de Sociales.
Las reflexiones plásticas de Arango recuerdan de manera contundente una época dramática en todas las instancias de la vida social colombiana, así como aspectos aparentemente anodinos en la vida de sus habitantes, tratados con la maestría que sólo ella puede sostener sin caer en desmanes o caprichos.
Su particular concepción del mundo, sensata, desinteresada y comprometida, la presenta como una mujer atípica que más allá de haberse enfrentado a las convenciones éticas y estéticas de su tiempo de una forma revolucionaria y con matices de militancia política, ha legado un espejo, un espectro complejo de nuestra propia identidad. Su actitud aguda y perspicaz hace que su obra sea actual y pueda verse como un reflejo de la realidad social de los pueblos latinoamericanos.
La exposiciónSociales. Débora Arango llega hoy constata que además de los valores estéticos y técnicos, sobresalen las temáticas políticas y sociales como testimonio de una época compleja, cuyos detalles aún no forman parte de la maltratada memoria histórica oficial, erigida, instalada e impresa en forma de monumentos, museos y libros de texto.