Trabajar en el diseño y la intervención de espacios culturales es un oficio tan complejo como apasionante. No solo requiere de los más pertinentes conocimientos técnicos sino de una muy especial sensibilidad por lo que significa y comunica el arte.
Juan Pablo Rozo es arquitecto, diseñador teatral y máster en acústica arquitectónica y medioambiental. Precisamente por ello ha trabajado en importantes proyectos en esta área como el Coliseo Live de Bogotá, Teatro Amira de la Rosa, Teatro Santander y Teatro Santa Marta, entre otros a nivel local.
Y en cuanto a proyectos internacionales, laboró en los del Teatro Degollado y Teatro Nazas, en México; Auditorio de Tenerife en España; y Teatro de la Opera, en Venezuela, entre otros.
Actualmente trabaja en la construcción de la obra acústica del edificio del Centro Cultural del Teatro Colón, el cual espera entregar a finales de este año, con las mejores condiciones en cuanto a sonido, manufactura y acabados.
En entrevista con EL NUEVO SIGLO este bogotano y cabeza de la empresa Arquitorium, habló de la experiencia y vocación que lo ha llevado a dirigir la construcción, diseño, ampliación o remodelación de muchos espacios culturales y obras arquitectónicas de primer nivel.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué lo impulsó a enfocarse en el diseño acústico y de teatro, y no en otra área de la arquitectura?
JUAN PABLO ROZO: Siempre he sido un músico frustrado, desde pequeño intenté tocar piano, pues la música siempre me ha gustado. Entonces, cuando estudié arquitectura, en los Andes, existía una cosa que se llamaba “opción”, que brindaba la posibilidad de hacer un doble programa, así que metí de “opción” música. Pero me fue terrible porque nunca tuve presente que ese era un tema muy matemático. Así que esperaba salir músico, pero salí con conocimientos de todo un poco y con la pregunta de cómo podía combinar mis dos pasiones: la arquitectura y la música.
Una vez me gradué, me surgió un trabajo relacionado con la acústica. Me llamó un amigo, ingeniero acústico, y me dijo que tenía un proyecto pequeño en el que necesitaba un arquitecto. Así que empecé a trabajar con él y el camino se me fue abriendo por ese lado, a tal punto que logramos tener una empresa durante doce años que se dedicaba plenamente a la acústica.
Luego de ese tiempo, me separé de él a nivel empresarial, y formé Arquitorium, con el que mi objetivo no es solamente trabajar temas acústicos, sino todo un producto, enfocado a espacios culturales y de presentación.
ENS: ¿Qué fue lo más difícil?
JPR: Al principio no fue fácil abrir mercado. Empecé en esto hace 21 años, así que implementar la acústica en los proyectos era súper difícil porque los clientes tenían el pensamiento de: “¿y eso para qué me sirve?”. Entonces darles a entender, tanto a ellos como a los arquitectos, que la acústica era una parte importante de la calidad de vida de los usuarios, era realmente difícil.
Adicionalmente, empecé a trabajar en el tema sin ser acústico y con el tiempo me empecé a dar cuenta de que era necesario aprender acústica y fue ahí cuando decidí hacer la maestría en Acústica Arquitectónica y Medioambiental.
ENS: ¿Cómo pasó de hacer proyectos pequeños a llegar a participar en obras importantes en distintos teatros nacionales e internacionales?
JPR: Creo que hay un momento en la vida en el que alguien tiene un voto de confianza en uno. Siento que eso nos sucedió a nosotros, a la empresa y a mí hace unos cuatro años, cuando logramos ser los adjudicatarios de un proyecto muy importante: el Teatro Nacional de Costa Rica.
A partir de ese voto de confianza en torno a quien nos contrató y de nuestra respuesta con un trabajo a la altura, empezaron a aparecer una serie de proyectos del mismo nivel. Esto se vuelve como una “bola de nieve”, en el que los clientes nos recomiendan, claramente porque siempre reciben de nuestra parte un trabajo gratificante.
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Obra favorita
ENS: En medio de tantas intervenciones en escenarios culturales, ¿hay alguno favorito que pueda resaltar?
JPR: Sí, todos tienen algo especial, pero curiosamente este no hace parte de los trabajos más grandes que he realizado. Es un área de escucha musical para un audiófilo, una sola persona. Fue un proyecto retador que nos dio como resultado un lugar increíble.
ENS: Por último, ¿si pudiera definir la acústica y resaltar la importancia de esta, qué respondería?
JPR: ¡Qué pregunta tan difícil! Creo que la acústica hace que un espacio sea una experiencia, más que una apariencia. Como arquitectos siempre queremos que un lugar se vea bien, pero tener buenas condiciones acústicas, hace que el espacio se pueda vivir, disfrutar y aprovechar de una mejor manera, dependiendo del uso que se le quiera dar al lugar.