“El árbol rojo” muestra el encanto de la cultura caribeña: Joan Gómez | El Nuevo Siglo
Joan Gómez Endara, director de cine.
Cortesía
Miércoles, 31 de Agosto de 2022
Redacción Cultura

La película colombiana “El árbol rojo” llega a las salas de cine hoy para mostrar las locaciones nacionales más singulares del Caribe colombiano.

Se trata de una película que gira en torno a las relaciones familiares, sus conflictos y la solidaridad, a través de tres personajes que atraviesan el país mientras descubren un nuevo significado del concepto de “familia”, más allá de los lazos de sangre.

Es dirigida por Joan Gómez Endara, quien siendo bogotano se le midió a crear una historia en el Caribe colombiano para mostrar su cultura y vivencias.

EL NUEVO SIGLO conversó vía telefónica con el director para conocer en detalle sobre la producción de esta cinta.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál fue el reto más grande al hacer esta película?

JOAN GÓMEZ ENDARA: La realización de la película tuvo muchos retos; el primero de ellos fue escoger cuál era el centro de la historia, que nace en el intento de hacer un documental que no termina realizándose, pero de donde salió gran parte de la investigación del guion.

En un sentido genérico, debo decir que la labor del cineasta, sea desde el rol de director o productor, siempre pasa por tres palabras que aplican de manera mucho más amplia a la vida: resistir, persistir e insistir. Nunca dejo de hacerlo y así logro convertir los proyectos en realidad. Creo que esta reflexión resume de buena manera el reto diario que tuve y tuvimos con nuestro equipo de producción durante los años en que la película recorrió un largo camino, incluyendo una pandemia, para llegar hoy a su encuentro con el público colombiano en las salas.

Otro reto fue abordar desde afuera la cultura Caribe con todo lo que ello significa: su música, su manera de relacionarse y de comunicarse, su sentir. A partir de estos elementos intentar sumergirnos en ellos, y que pudiéramos retratar de una forma verosímil y respetuosa eso que yo llamaría “el universo Caribe”.

ENS: ¿Cuál es la trama que se plantea en “El árbol rojo”?

JGE: La trama de la película inicia cuando la vida tranquila y bastante rutinaria de Eliécer se vuelca patas arriba al morir su padre y Esperanza, su desconocida media hermana de ocho años de edad, es llevada hasta la puerta de su casa. Reacio a que su vida sea interrumpida, Eliécer empaca su ropa y emprende un viaje a la capital en busca de la madre de la niña. A ellos se une Toño, un lanchero que sueña con convertirse en campeón de boxeo en la gran ciudad. Durante la travesía, se enfrentarán a mucho más que el camino.

ENS: ¿Qué nos puede decir de las locaciones, específicamente cuáles visitó?

JGE: Atravesamos una buena parte del país con un gran y talentoso equipo de rodaje. Tener a Colombia como una bella escenografía es un privilegio para cualquier cineasta y para todos. Tuvimos locaciones al lado del mar, luego nos adentramos y apareció la sabana de Sucre; en el Magdalena fue la locación más alejada que tuvimos, una remota estación de gasolina, y allí rodamos una escena de las más intensas de la película, paradójicamente en un lugar bellísimo y silencioso. Luego nos trasladamos a Santander y apareció inmediatamente la montaña, representada en el Cañón del Chicamocha, Barichara con su belleza única… y luego el altiplano con la imponente cordillera, hasta llegar a Bogotá, la gran ciudad capital. Toda esta variedad de paisajes también hizo que tuviéramos una diversidad de climas, del calor extremo del Caribe, al frío de la montaña a 3.000 metros de altitud. Fue una rica experiencia y se convirtió en una gran manera de vivir juntos el viaje de la película y sus personajes.

Más allá de la estética de la imagen, lo más significativo para la película es cómo el paisaje se fue convirtiendo en un personaje que interactuaba con los protagonistas, e incluso a veces se imponía con la fuerza de la naturaleza, al mismo equipo de rodaje. “El árbol rojo” muestra el encanto por la cultura caribeña, su magia, su modo de ser.

ENS: ¿Cómo llegó a la historia que quería contar?

JGE: Más allá de la historia o el relato plasmado en el guion, para mí definir cuál es la idea central es de lo más complejo y delicado. Saber, o mejor, intuir de qué tema estás hablando o quieres hablar y desde qué punto de vista, es un proceso sensible, como hilar fino. Es casi un trabajo de minería en el que martillas una y otra vez la roca hasta que aparece la pieza que quieres, para al final del camino pulirla y encontrar el que consideras tu diamante. Este caso no fue la excepción, fue un largo proceso desde el punto de partida, con un marcado interés por esta temática de la complejidad de las relaciones familiares, pasando por reflexiones personales de vida y familia.

Con respecto a la paternidad, fue ir encontrando y descubriendo que, a partir de estos tres personajes y sus relaciones, en un contexto ambientado por la gaita, tenía los elementos para abordar el viaje, la historia de lo que les ocurre en dicha travesía y, más importante aún, el tema del que en el fondo quería hablar.



ENS: ¿Cómo fue recibida la película en festivales de otros países?

JGE: El lenguaje del cine es universal y eso es muy poderoso. Resulta muy interesante y gratificante para el equipo y para mí como director, el nivel de lectura y recibimiento que tiene la película. En culturas tan diversas como la europea, la india o la norteamericana llegó directo al corazón y les resultó profundamente conmovedora.

ENS: ¿Qué mirada les dejó a esos públicos “El árbol rojo” sobre Colombia?

JGE: Cada uno de nuestros personajes y sus relaciones entre sí están construidos con tal sutileza, que el público extranjero entiende que hay unas complejas realidades sociales en nuestro país, pero que esa no es la esencia de la película. Le dan relevancia a nuestra temática principal en torno a las relaciones familiares, sus conflictos, la paternidad o la maternidad no asumida y a la solidaridad. Entienden que, finalmente, son una manada, que puede o no compartir lazos de sangre, ser otra forma de familia.

ENS: ¿Ya había tocado el tema de los asuntos familiares antes?

JGE: Mi anterior corto, “Asunto de gallos”, tiene esta temática familiar, las relaciones disfuncionales entre padre e hijo, en un ambiente tan particular y hasta metafórico de los gallos de pelea, para abordar esta relación. Y definitivamente “El árbol rojo” nos presenta otro tipo de familia. Los tres personajes protagónicos tienen un gran sentido humano. Hay una escena en particular que nos muestra cómo logran mirarse entre ellos con compasión y cómo van tejiendo sus lazos, en medio de las diferencias y los conflictos. Creo que eso es parte de la construcción total de la película. Hay un nivel de similitud entre su relación y las de una familia, las dificultades, las renuncias, las vicisitudes durante el camino que los convierten en un tipo de familia improvisada, pero finalmente una familia.

TOÑO Y ESPERANZA