Casi 75 años después del "Mago de Oz" de Victor Fleming, los estudios Disney recrean los orígenes del mito en "Oz the Great and Powerful", donde se narra la llegada del célebre mago al reino encantado y su descubrimiento de los extraños seres que lo habitan.
Walt Disney siempre acarició la idea de hacer un filme sobre Oz, el país imaginario creado por el autor estadounidense L. Frank Baum, luego de que el estudio MGM produjera su imperecedera adaptación, "El mago de Oz", en 1939.
Pero Disney murió sin ver el proyecto hecho realidad. Fue Sam Raimi, conocido por sus trilogías de "El hombre araña" y "Evil Dead" (Posesión infernal), quien se ocupó de la dura tarea de transformar el mundo de Oz en un cuento de Disney.
Pero no es un "remake" de la obra maestra de Victor Fleming, sino una "precuela" que narra los hechos que antecedieron a la historia de "El mago de Oz", como la imaginó originalmente Frank Baum.
Traducida como "Oz, un mundo de fantasía" u "Oz, el poderoso", la cinta se estrena entre el jueves y el viernes en Estados Unidos, Latinoamérica y España.
"Cuando uno lleva un libro al cine, lo primero que debe hacer es matar el libro, desgraciadamente. Hay que recrearlo", explicó Sam Raimi recientemente en una conferencia de prensa en Pasadena (norte de Los Angeles).
"Sentí que sería digno de los admiradores de Baum si identificaba aquello que es genial, emocionante y eficaz en su trabajo. No era esclavo de los libros, sino de su calidad y de su espíritu", dijo.
La cinta, en la que no aparece el personaje de Dorothy -encarnada en 1939 por Judy Garland-, se concentra en Oscar Diggs (James Franco), un mago de circo mediocre y picaresco que se ve transportado a Oz por un ciclón.
En este país maravilloso conoce a tres brujas, Theodora (Mila Kunis), Evanora (Rachel Weisz) y Glinda (Michelle Williams), que ven en él a un gran mago capaz de salvar el reino.
Autocomplaciente por su súbita fuente de poder y riqueza, Diggs sostiene el malentendido hasta que queda atrapado por sus propias mentiras.
"Por muy egoísta y patán que sea al principio, no llega nunca al punto de ser desagradable, porque manipula para hacer reír y, dada su historia, no se le puede culpar", explicó James Franco.
"Es alguien que busca una vida diferente y que la encuentra en el juego y la ilusión", agregó el actor, quien para prepararse para el papel aprendió números de magia con el prestidigitador Lance Burton en Las Vegas.
Si bien al filme le falta un poco de espesor -aunque no de longitud-, el aspecto visual es de una belleza estupefaciente, mérito de Sam Raimi.
La película "representó muchos desafíos para mí. No sabía nada de 3D y tuve que aprender", dijo el director. "Y nunca había creado un mundo completamente. Cada brizna de hierba, cada flor, cada insecto fue concebido por un artista. Nada proviene de bibliotecas de imágenes".
"Oz the Great and Powerful" tiene momentos soberbios, como las primeras escenas en blanco y negro y el pasaje al color tras el arribo a Oz -idea tomada del filme de 1939-, o las escenas de los números de magia de Diggs ante un pueblo estupefacto en la última parte del filme.
Si bien Sam Raimi tuvo la libertad suficiente para evitar sufrir comparaciones, las actrices en cambio se tienen que medir con las estrellas que las precedieron.
Mila Kunis, quien interpreta a una dulce Theodora que será transformada en la malvada Bruja del Oeste, tuvo la parte más difícil: está condenada a suceder a Margaret Hamilton, cuya cruel bruja verde aterrorizó a generaciones de niños.
La joven actriz aseguró que no intentó emular la interpretación de su ilustre predecesora y prefirió concentrarse en la transformación que sufre su personaje.
"La veo como una chica normal con el corazón destrozado. Sólo que es una bruja que puede volar", señaló.
AFP.