ESTA monumental obra de infraestructura, de 5.500 m2, que incluye dos auditorios con capacidad para 250 personas cada uno, tres aulas para 100 alumnos, 9 salones para 50 y 9 para 20, está próximo a ser entregado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá a su Facultad de Ciencias.
Los auditorios y salones grandes del Edificio “Gloria Amparo Galeano Garcés” -nombrado así en homenaje a esta importante agrónoma y botánica egresada de la Institución- están interconectados por fibra óptica propia formando un circuito cerrado para la organización de grandes eventos paralelos, de hasta 800 personas.
Los salones cuentan con la más avanzada tecnología, con grandes tableros deslizables, pantallas de televisión y para videoproyector, y capacidad para realizar streamings de eventos académicos, algo muy útil en los tiempos que estamos viviendo y los que se avecinan.
El edificio tiene una torre de elevadores, cafetería con un deck de madera, una terraza verde transitable, y además se destinarán espacios para la cocreación científica, la innovación y el emprendimiento basados en conocimiento.
Así describe el profesor Jairo Alexis Rodríguez, decano de la Facultad de Ciencias, el nuevo edificio que la Universidad le entrega al país y al mundo científico.
Según recuerda, la inspiración del arquitecto Guillermo Fisher, quien diseñó el edificio, provino de las formas redondeadas tipo vientre, pues son más acogedoras, y con estas se espera brindar comodidad en los procesos de aprendizaje y creación. “Los auditorios me parecen una célula en alguna fase de mitosis, y las demás torres son como las células sueltas de esa división. Pero los auditorios también me parecen una figura tipo caracol con hoyuelo en coordenadas polares de la forma r = 1 + cos(theta), y otros lo consideran similar a cierto tipo de emisión electromagnética dipolar”, comenta el decano de Ciencias.
La obra fue contratada bajo la modalidad de administración delegada ejercida por la firma Obreval, que ejecuta el plan de obra contratando a su vez los diferentes frentes necesarios en la construcción, todo supervisado por la firma interventora ARQ.
Por parte de la Universidad, la oficina de Ordenamiento e Infraestructura de la Sede y de parte de la Facultad de Ciencias, el decano participó de los comités de obra -corazón del proyecto- en los que se discutieron los avances de la obra en todo sentido. “Allí tuvimos la oportunidad de discutir desde los tipos de concreto a usar, la distribución de espacios en los auditorios y salones, hasta las plantas sembradas en las terrazas”, recuerda.
El profesor García dice que aunque lamentablemente la pandemia y el aislamiento frenaron el adelanto que se tenía en la obra, ésta se entrega muy ajustada al cronograma propuesto. Como parte de esa excelente gestión se tuvo un ahorro en el proyecto de $1.200 millones, que se reinvirtieron en la obra, en la paisajística exterior del edificio con árboles y un espejo de agua tipo humedal, obras asesoradas por profesores y estudiantes del Doctorado en Biología y del Instituto de Ciencias Naturales.
Este proyecto nació en la Facultad de Ciencias, que desde un inicio planeó e hizo los estudios de suelos, estructural e hídrico para finalmente ayudar en la construcción, por lo que el decano también agradeció el impulso y empuje que le dieron al proyecto los decanos Ignacio Mantilla (después rector), Jesús Valencia, Jaime Aguirre y Dolly Montoya, la actual.
El decano hizo extensivo este reconocimiento al equipo de Diseño, con los arquitectos Guillermo Fisher -a la cabeza- y Santiago Niño, de la Facultad de Ciencias; al proyecto del CEO de la constructora Obreval y al arquitecto Fernando Zarama, quien siempre estuvo al frente dando ideas y soluciones para la obra y a la empresa interventora ARQ, en cabeza del arquitecto Ricardo Leguizamo.
“Los invito a que una vez se tengan las condiciones se apropien del proyecto, visiten el edificio, tomen clases, organicen charlas y eventos en sus instalaciones, disfruten la vista desde su terraza, la tranquilidad del espejo de agua, sientan este proyecto como suyo y ayuden a mantenerlo; allí se desarrollará la academia, se tomarán decisiones y se cambiará el destino del mundo”, precisó el decano de Ciencias.