La buena conducta, la responsabilidad y el desarrollo de destrezas interpersonales hacen parte del modelo que ha recorrido las instituciones de varios países
Desde hace un tiempo para acá, en varios países del mundo se viene hablando de la Disciplina Positiva un nuevo modelo educativo con el que se pretende entender el comportamiento de los niños y la forma de abordar su actitud promoviendo actitudes positivas, afectivas pero firmes, enseñándoles al tiempo a tener buena conducta, responsabilidad y destrezas interpersonales.
En el pasado, cuando se hablaba de disciplina en el hogar o en el colegio se pensaba inmediatamente en castigo, el cual por lo general involucraba un contacto físico. Si bien hoy la Disciplina Positiva no exime de asumir consecuencias sobre los actos, no se queda en la culpabilidad; va más allá centrándose en la reflexión del error, búsquedas de soluciones y acciones reparadoras.
Evidentemente el ejemplo es la mejor herramienta de enseñanza, “exigir lo que se hace es coherente y facilita la comprensión y el compromiso”. Existen programas de formación para padres y docentes que favorecen su implementación. Una premisa del modelo formativo de la disciplina positiva es corregir con amabilidad pero con firmeza. De ahí la responsabilidad que tanto educadores como padres estén alineados en la educación y formación de los niños y jóvenes de hoy. Desde los colegios se implementa como una política de formación y de capacitaciones que permean el programa de convivencia y la relación entre docentes y estudiantes.
Y es precisamente esa Disciplina Positiva, una de las tendencias de la educación global que será tema de exposición y análisis durante el Segundo Simposio Hispano que organiza el Colegio Bilingüe Hispanoamericano Conde Ansúrez en el marco de sus 60 años en Bogotá y que se llevará a cabo de manera gratuita el 18 de septiembre en las instalaciones del Centro de Convenciones Cafam La Floresta. “El simposio se convierte en un espacio de actualización y capacitación para directivos y educadores de la capital colombiana durante el cual se dictarán pautas de lo que es tendencia en la educación mundial y se establecerán mecanismos para lograr su implementación en las instituciones bogotanas y colombianas” comenta Javier Gil, gerente del colegio.
¿Cómo aplicar el modelo educativo?
- Corregir con amabilidad y firmeza. Significa que los malos comportamientos tienen una reflexión y corrección de un modo respetuoso pero firme en su decisión.
- No generalizar. Palabras como siempre, nunca, todos, ninguno generalizan comportamientos y no posibilidad de mejora.
- Preguntar antes de juzgar. No realizar ningún tipo de juicio hasta no investigar las causas, los actores y el escenario del conflicto.
- Buscar la verdadera causa de los comportamientos. Cada comportamiento emocional tiene una razón en el ser, investigue la verdadera causa.
- Favorecer un pensamiento reflexivo basado en el por qué o el para qué de las acciones.
- Acompañamiento basado en la confianza y no en el control.
Para generaciones anteriores, tanto de padres como de profesores, disciplina era inmediatamente relacionado con castigo, fuera prohibitivo o restrictivo y en ocasiones involucraba algún acto físico en donde “la correa o la chancleta” eran el mayor temor de niños o jóvenes en la casa. Aún hoy muchos añoran esas épocas en donde la consecuencia de los actos terminaba con llanto. La disciplina positiva mantiene el concepto de la firmeza y la corrección pero llevando el análisis, a un ejercicio mutuo de reflexión y corrección respetuoso tanto de padres y maestros como de los jóvenes. La Disciplina Positiva o PD (sus siglas en inglés) es un modelo de disciplina utilizado por las escuelas y en la crianza de los hijos que se centra en los puntos positivos del comportamiento, en la idea de que no hay niños malos, solo comportamientos buenos y malos
Educación y Tecnología, Liderazgo, Fuerzas Culturales y Desarrollo de Pensamiento, Educación y Sostenibilidad para el futuro serán también temas de análisis durante el Segundo Simposio Hispano que se celebra en el marco de los 60 años del colegio bogotano y que organiza en su totalidad sin ningún ánimo de lucro, con el único objetivo de generar herramientas de conocimiento y actualización a los educadores de la ciudad.