Discalculia, cuando las matemáticas son el “coco” | El Nuevo Siglo
Martes, 10 de Febrero de 2015

Durante la primera etapa escolar los niños logran desarrollan mayor recursividad al momento de resolver problemas matemáticos. Sin embargo, actitudes como, buscar a poyo en las manos para contar los números o presentar dificultad al momento de utilizar dinero, medir o decir la hora, son algunos signos de alarma en el aprendizaje. Rodrigo Riaño y María luisa Barreto, psicólogos del Politécnico Grancolombiano desarrollaron un análisis clínico, sobre aquellos factores que influyen en el bajo rendimiento académico de las matemáticas. 

La Discalculia, es una alteración en el funcionamiento cerebral, que se hace evidente en el bajo rendimiento de las actividades académicas, principalmente en aquellas que implican el uso de operaciones básicas, así como actividades cotidianas que requieren de cálculo.

 

El diagnóstico de la discalculia se determina mediante pruebas especializadas, en las que se observa la capacidad del niño para resolver cálculos matemáticos, de acuerdo a su edad cronológica y escolarización.

La Neuropsicología Escolar, aborda integralmente de estas dificultades, permitiendo que con diferentes herramientas se pueda realizar una evaluación e intervención, apoyados en baterías psicométricas estandarizadas e incluso, con herramientas tecnológicas como los instrumentos de neurofeedback.

 

Identificar este trastorno es tarea de los padres. En edades entre los 7 a 9 años, los niños realizan operaciones numéricas, aprenden las tablas de multiplicar y la complejidad en los ejercicios incrementa. Si no logran resolver ecuaciones simples, se les dificulta la comprensión e interpretación de signos matemáticos o si por el contrario, permanecen largas jornadas estudiando y pese a los esfuerzos no logran mejorar su dificultad, lo mejor en estos casos es buscar ayuda, evitar a tiempo posibles bloqueos o dificultades en su autoestima.

 

Otro Componente emocional que interfiere en el rendimiento académico adecuado en esta área, es conocido como “Ansiedad por las Matemáticas”, un estado de tensión, preocupación, confusión, miedo y bloqueo al momento de enfrentar algún ejercicio matemático.

 

No hacer las tareas, dejar de asistir a clase, no destinar el tiempo necesario para reforzar los temas, así como no buscar ayuda cuando se requiere, son conductas generadas por la ansiedad, provocando que a largo plazo se consolide la idea de que las matemáticas son algo que la persona no puede enfrentar, cuando en realidad el temor es irracional.  

Lo anterior puede estar relacionado con el contexto educativo y familiar, por lo tanto los padres y los docentes juegan un papel indispensable en la motivación y la actitud que asuman los niños frente a esta área, pues muchas veces las experiencias negativas, provocan que las personas asuman las matemáticas como algo aversivo, ejemplo de ello es el maltrato que ejercen los padres cuando el niño no tiene el desempeño esperado, países como Guatemala reportan que el 56% de los niños de primaria han sido maltratados físicamente a raíz de su bajo rendimiento académico, especialmente en matemáticas.

 

Lo más importante para los padres, es reconocer el trastorno como un componente biológico que finalmente determinará qué tan hábiles pueden llegar a ser sus hijos con las matemáticas.

 

Trabajar en las debilidades y desarrollar nuevos procesos de aprendizaje infantil, se convierte en un reto familiar. Siempre que se inicia un año escolar, son muchas las expectativas que se crean alrededor de los más pequeños del hogar.  Por esta razón la psicóloga María Luisa Barreto psicóloga del Politécnico Grancolombiano afirma que “Siempre es posible desarrollar un tratamiento que permita la potencialización de las habilidades cognitivas en los niños, en el caso de la discalculia, con la ayuda de un equipo interdisciplinario, así como intervenir desde el punto de vista de la psicología clínica en los problemas emocionales, de estado de ánimo, de autoestima y tolerancia a la frustración, que también suelen estar asociados a esta dificultad en las matemáticas. De manera que se sugiere atender las alteraciones de manera oportuna, solicitando la valoración de un profesional, para favorecer el pronóstico”. 

 

EN COLOMBIA, uno de cada tres niños manifiesta tener algún tipo de dificultad para desarrollar operaciones numéricas.