Se pintan las uñas, se revuelven las pestañas, se colocan maquillaje en el rostro, trenzan sus largas cabelleras: son jóvenes aymaras que se preparan para un desfile de moda indígena en una exposición que busca promover la alta costura de los Andes de Bolivia.
Ellas se alistan para mostrar sus mejores galas de la ropa y la joyería andina, en la octava versión del "Desfile de Modas: Chola Paceña, Tradición Nuestra" que cada año organiza la alcaldía de La Paz para conmemorar el inicio, en 1809, de las revueltas criollas contra el colonialismo español.
El ambiente preparado es un salón del Jardín Japonés de la comuna, en el exclusivo barrio de Calacoto, al sur de la sede de gobierno, donde se tiene todo listo para el desfile: una plataforma de 15x4 metros, juego de luces, música andina de fondo, barras y dos entusiastas animadores.
Son 14 jóvenes aymaras que se preparan para iniciar el desfile. Han convertido un pequeño salón como el vestuario principal, donde se alistan para la jornada que se desarrollará ante unos 300 invitados, incluidos el alcalde local y el cuerpo diplomático.
"Estamos nerviosas, hay buenas competidoras", dice a la AFP Maribel Mamani, de 18 años, en el último año de la escuela pública.
"Venimos a mostrar nuestra identidad, nuestra cultura, el atuendo, las joyas y la alegría de la chola paceña", dice por separado Edith Sillerico, de 25 años, profesional en la carrera de Lingûística y que trabaja en una oficina de atención al cliente en un banco privado local.
Sus rasgos faciales son típicos de la mujer indígena de los Andes de Bolivia: tez cobriza y gruesas contexturas físicas.
Mientras esperan con ansias que el desfile comience, se pintan las uñas, con la ayuda de manicuristas o cosmetólogas les colocan maquillaje, les pintan las cejas y les revuelven las pestañas. "Tienes que estar linda", dice una de las colaboradoras.
Una tarea aparte es trenzar las típicas y largas cabelleras de las mujeres aymaras, que suelen tener un largo de 50 centímetros o incluso más.
"¡Ya estamos listos, comenzamos ahora, este es el desfile de modas 'Chola Paceña'!", dice el animador, mientras la música andina comienza a retumbar en el ambiente.
"Chola" es el término que se utiliza en Bolivia para calificar a la mujer aymara, que durante siglos tuvo un carácter peyorativo pero que ahora se lo usa para reivindicar parte de la cultura de los aymaras que viven en el Altiplano boliviano, desde hace unos 6 a 7 siglos.
El desfile se realiza en tres categorías: vestimenta (polleras o faldas con varios pliegos, blusas y mantas); sombreros tipo bombín; y joyas de oro y plata. Los que fabrican estos productos son principalmente artesanos y microempresarios, cuyos nombres no se asemejan a la alta costura neoyorquina o parisina.
"Vicuña Estilo", "Polleras Flor Inca", "Diseños y Creaciones Jamilet", "Diseños Sonia", "Diseños Cielito", "Joyerías Bustillos", "Diseñadora Esmeralda", son los nombres de los modistos y modistas que buscan la gloria en la noche de La Paz.
Una a una, las jóvenes aymaras caminan por la plataforma. Caminan lentamente, levantan los brazos, agarran sus polleras, las levantan levemente y sonríen a cada paso, mostrando que la coquetería es típica de la mujer, cualquiera sea su origen.
En uno de esos momentos, el auditorio estalla en aplausos cuando comienzan a desfilar, con trajes aymaras, esposas de diplomáticos de Paraguay, Estados Unidos, Panamá, Gran Bretaña y Colombia, en una muestra de apoyo.
Los colores también son la muestra de la cultura aymara: adornos multicolores, prendas de vestir que juegan entre el negro, el blanco o el azul, o también combinados, entre bajos como el rosado o crema, mezclados con fuertes como el verde o el rojo.
Las joyas, anillos, prendedores, aretes o brazaletes son de oro de 20 kilates, plata e incrustaciones, como amatista y "bolivianita", una gema variedad del cuarzo.
Sólo la vestimenta se dispara desde los 1.000 a 2.000 dólares, mientras que la joyería se sitúa en la friolera de 5.000 a 10.000 dólares. Los indígenas pudientes, principalmente comerciantes y transportistas privados, los adquieren para la fiesta de Gran Poder, la festividad andina más grande de La Paz, que se realiza cada junio.
"Este desfile es para promover nuestra cultura, nuestros valores, para reivindicar a la chola paceña (de La Paz)", explica a la AFP el oficial Mayor de Cultura de la Alcaldía Wálter Gómez.
AFP