La casa de modas Chanel puso el toque de glamour a la era de cambios en la Cuba comunista, con su primer desfile en La Habana, que pudo ser visto a lo lejos por una muchedumbre humilde asomada a los balcones.
Chanel eligió a la capital cubana para su primera pasarela en Latinoamérica y dar a conocer su colección "Crucero" 2016-2017, cargada de referentes a la cultura de esta isla del Caribe como sus sombreros jipijapa, tabacos y vehículos antiguos.
El espectáculo de moda y lujo a cargo del diseñador y artista alemán Karl Lagerfeld, se convirtió en una inesperada alfombra roja en un país que atrae cada vez más turistas.
Artistas y autoridades cubanas, además de estrellas de Hollywood como Vin Diesel y Tilda Swinton (ganadora del Oscar en 2008) o la actriz Geraldine Chaplin, asistieron al desfile al que solo se accedió por invitación.
"Finalmente el mundo se abre a Cuba. Todos quieren venir a conocer la manzana prohibida, todos quieren descubrirla, saborearla, disfrutarla, explorarla", dijo a la AFP Mariela Castro, hija del presidente Raúl Castro y directora del Centro Nacional de Educación Sexual.
El desfile se realizó en el Paseo del Prado, un bulevar a cielo abierto a 300 metros del mar, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad que mantuvo a raya a los cubanos curiosos.
Los agentes de seguridad se apostaron en las afueras de los edificios desvaídos o resquebrajados que rodean el Paseo del Prado, que fue maquillado para la ocasión.
Desde las terrazas o los balcones asomaban cubanos muy humildes, con pantalones cortos y camisetas, que agitaban sus manos cuando veían llegar a los invitados en los tradicionales vehículos viejos y coloridos de La Habana.
Mireya Correoso nunca había visto, así haya sido de lejos, tanto lujo y farándula junta.
"Qué regocijo ver esto, aunque me hubiera gustado estar más cerca de las modelos y la organización del evento", dijo a la AFP esta empleada estatal de 52 años.
Como muchos cubanos, que en su mayoría no acceden a servicios de lujo, ella se ubicó en una acera de enfrente del Paseo del Prado, detrás del cordón policial, para ver la salida de las estrellas.
Con todo y sus contrastes, Chanel logró darle una imagen glamorosa a la isla comunista - uno de los destinos de moda - tras su reconciliación política con Estados Unidos y el período de lentos cambios económicos inaugurado por Raúl Castro desde su llegada al poder en 2008.
El espectáculo de la casa francesa de alta costura se suma a otros hechos que están marcando la historia cubana como la reciente visita del presidente Barack Obama, el concierto gratuito de los Rolling Stones, o la filmación de la saga de "Fast and Furious".
- Una muestra nostálgica -
Hacia las 23H45 GMT empezaron a desfilar las modelos con diseños y accesorios que evocaban los colores del Caribe. Los modelos también exhibieron estampados de Cuba y los sombreros y tabacos característicos de la isla.
El espectáculo se extendió por media hora y concluyó con una rápida aparición de Karl Lagerfeld, con sus ya clásicos guantes y chaqueta de lentejuelas, y una explosión de tambores y congas.
"Fue muy interesante y demasiado nostálgico quizá: mucho habano, colores, y sombreros de otra época. Vi representada una Cuba que no es la que más me interesa ahora mismo, porque la de hoy es otra Cuba, más contemporánea", señaló Idania del Río, una diseñadora y emprendedora de 33 años.
Más que el lujo de Chanel, varios asistentes a la pasarela destacaron el efecto que tendrá para la imagen de la isla su inclusión en la lista de los grandes artistas del mundo.
"Nuestro país está de moda (...) Hemos tenido varios acontecimientos, los Rolling Stones, la visita de muchos artistas norteamericanos. Incluso hemos cancelado los conciertos que teníamos para llegar a este acontecimiento cultural, grande", señaló a la AFP Alexander Delgado, cantante del dúo de reggaetón Gente de Zona.
Antes del triunfo de la revolución en 1959, Cuba contaba con una industria de diversión que incluía cabarets, casinos y zonas de tolerancia.
Desde famosos de Hollywood hasta mafiosos estadounidenses paseaban su glamour por la isla, que de a poco vuelve a recuperar su encanto para el mundo sin renunciar al comunismo.