La ‘fiebre’ de la miniserie Gambito de Dama, una adaptación que hizo Netflix de la obra literaria de Walter Tevis, que se estrenó el pasado 23 de octubre, desató un interés por el ajedrez alrededor del mundo; una disciplina que durante años ha sido inspiración para varios autores internacionales de novelas y poemas.
Pero este momento en el que el interés por el ajedrez ha crecido, no ha sido el único, ya que varios años atrás la práctica de este juego tomó vuelo. Así lo afirmó Luis Pérez Carrillo, presidente de la Federación Colombiana de Ajedrez en diálogo con EL NUEVO SIGLO.
“Nosotros hemos tenido tiempos en el ajedrez. Por ejemplo, en 1972 se jugó el match del siglo con Fischer, que era norteamericano y Spassky, un ruso, en medio de la Guerra Fría, una época en la que el ajedrez se incrementó muchísimo. Hubo un entusiasmo grande porque un jugador solidario como Fisher, siendo norteamericano, le ganó a todo un sistema soviético, pero tenía en ese momento una connotación política. Ese fue un gran momento para el ajedrez mundial, donde efectivamente con la práctica se profesionalizó y ahora estamos viviendo un momento más emotivo con Gambito de Dama”, afirmó Pérez.
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A propósito de la fama de esta adaptación el experto y líder de esta disciplina en el país destacó varias obras que trazan el camino que ha hecho el ajedrez en la literatura. A continuación algunos títulos:
Alicia en el país de las maravillas
“El ajedrez es un tema muy recurrente en muchas actividades, por ejemplo, en el lado comercial, uno ve mucha publicidad, pero por el lado de la literatura se destacan varios libros como el de Lewis Carroll con Alicia en el país de las maravillas, donde lo mencionan y hay una partida de ajedrez. Hay otras circunstancias, pero el ajedrez tiene un momento relevante en esta novela, que es muy famosa”.
El libro del británico, que invita a conocer el extraño mundo de Alicia, habla también sobre una partida de ajedrez que se juega a través del espejo en la que se enfrentan piezas blancas y rojas, donde hay ocho peones.
La defensa
Pérez también destacó La defensa, del ruso Vladimir Nabokov, la cual también fue adaptada a una versión audiovisual, en la que se narran los problemas psicológicos de un ajedrecista.
En este libro el descubrimiento del ajedrez supone para el gran maestro Luzhin, protagonista de esta novela, la revelación de un orden de impecable armonía donde encuentra refugio contra las tribulaciones de su desdichada adolescencia. A partir de ese momento da comienzo a su brillante carrera como campeón en ese juego, que pronto se convierte en una obsesión que absorbe su vida por completo.
Luzhin comprende, demasiado tarde, que tal obsesión amenaza con destruirlo y que el instrumento escogido como defensa contra el desorden y los agravios del mundo es también un arma que finalmente se vuelve contra él mismo, hallándolo en la más patética indefensión. Todos los elementos de la trama se hallan sutilmente enlazados en un juego de correspondencias y de calculados golpes de efecto supeditados con inimitable sabiduría a una estructura que, deliberadamente, recuerda aquí a una elegante, astuta e implacable partida de ajedrez.
Gambito de Dama
Según el experto la novela de ficción Gambito de Dama entra en la misma línea de La defensa en la que el ajedrez se ve envuelto en una mirada desde el punto psicológico. Aunque no fueron nombrados como personajes en esta historia, para la realización de este libro trae de vuelta a los maestros Robert Fisher y Boris Spassky, ya que para Walter Tevis son referentes de esta disciplina e inspiración.
“El soberbio ajedrez de los grandes maestros Robert Fischer, Boris Spassky y Anatoly Karpov han sido fuente de placer para jugadores como yo mismo durante años. Sin embargo, como Gambito de Dama es una obra de ficción, me pareció prudente omitirlos del reparto de personajes, aunque solo fuera para evitar contradicciones en lo que se cuenta”, escribió Tevis en este ejemplar, que llegará a todas las librerías del país el 20 de este mes, bajo el sello Alfaguara.
Esta novela del estadounidense, que fue publicada en 1983 y que llegará pronto a Colombia, es una historia de superación, que tiene como protagonista a Beth Harmon, una niña que a los ocho años juega su primera partida, hecho que cambia rotundamente su vida, acompañándola a través de sus etapas de crecimiento, en las que atraviesa por momentos de soledad, tristeza y adicciones.
En los años 80, desde su lanzamiento, esta obra se convirtió en la favorita tanto para jugadores, amantes de esta disciplina, como para seguidores de la literatura americana.
Una partida de ajedrez
El escritor austriaco, con nacionalidad británica, Stefan Zweig, fue uno de los más leídos en Europa y con Una partida de ajedrez conquistó el corazón de muchos fanáticos de este mundo del juego de mesa.
Esta obra cuenta la historia del campeón mundial de ajedrez, Mirko Czentovic, quien viaja en un buque de vapor desde Nueva York hacia Buenos Aires a disputar un torneo. McConnor, un obstinado pasajero aficionado, desde que se entera de su presencia no descansa hasta lograr jugar una partida con él, pero no le sale barato: doscientos cincuenta dólares por partida es el precio de Czentovic.
El devenir de los acontecimientos cambia cuando entra en escena el doctor B., un personaje extraño que ocasionalmente pasa por el lugar donde Czentovic se enfrentaba a McConnor. No puede evitar observar la partida y aconsejarle a McConnor las jugadas correctas para salvar su juego y obtener un empate.
Borges y sus sonetos de ajedrez
“También el ajedrez está en la poesía. Borges tiene unos sonetos muy famosos, donde precisa lo que vivimos como si fuera una partida de ajedrez”, señala Pérez.
El escritor argentino, una pieza clave tanto de la literatura hispana como de la universal, es uno de los tantos poetas que le ha dedicado versos a este deporte, que cada día crece y se enlista ahora en uno de los más admirados.
“En su grave rincón, los jugadores rigen las lentas piezas. El tablero los demora hasta el alba en su severo ámbito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores las formas: torre homérica, ligero caballo, armada reina, rey postrero, oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido cuando el tiempo los haya consumido, ciertamente no habrá cesado el rito.
En el oriente se encendió esta guerra cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra, como el otro, este juego es infinito”, precisa Borges en este primer soneto.