Cerca de 30 millones de personas han leído la obra Mi hermanastro y se ha descargado 28 millones de veces en América, Australia y algunos países europeos
Dani Cubides tenía 15 años cuando escribió su primer libro, una novela de sexo y amores prohibidos. Media década después, casi 30 millones de personas han leído en Internet la obra de esta colombiana, una de las autoras Centennials cuyo éxito asalta a la literatura tradicional.
“No tenía ni idea de escribir. Yo no estudié literatura, yo no había leído contenidos clásicos. Yo nací de la nada leyendo historias de Wattpad”, la popular plataforma digital juvenil para leer y redactar, cuenta a AFP.
El libro digital Mi hermanastro se forjó a escondidas de su familia a partir de una vivencia propia. “Tenía un hermanastro de mi edad (...) Y me dije: ¿Qué pasaría si él fuera lindo, si hubiéramos iniciado una historia de amor?”, recuerda ahora a los 21 años.
La novela comienza con una fiesta adolescente y un juego en el que Valerie pierde la virginidad con su hermanastro Nick.
Dani fue escribiendo una historia por entregas cortas, dando detalles del romance secreto e incluyendo escenas eróticas que ella aún “no había vivido”.
Sus seguidores crecían por miles, comentaban y sugerían rumbos. “El libro no es solo mío”, explica. “Lo que yo escribí era parte de los comentarios que me hacían”.
Su obra se ha descargado 28 millones de veces en América, Australia y algunos países europeos, según Wattpad.
Escribir “a ciegas”
Pero la fama por poco se escapa. Un día sus padres descubrieron el libro todavía inconcluso. La señalaron de incitar a menores “a tener sexo” y de “loca”.
“Mi mamá me dijo: 'Deme sus redes sociales, deme sus contraseñas, le voy a quitar todo’”, cuenta.
Sus papás ignoraban que para entonces la red de seguidores ya era imparable. “¿Por qué Dani dejó de escribir?”, se preguntaban los usuarios, ansiosos porque la intriga había quedado en un punto crítico.
Pasaron ocho meses y la incertidumbre catapultaba el éxito de Mi hermanastro. Dani ojeó la aplicación en el colegio, comprobó que tenía cientos de mensajes y que era una de las más leídas.
Recuperó su cuenta y retomó la novela. Y “pum pum pum, se rankeó”, recuerda.
El boom atrajo a la editorial Planeta, con la que firmó un contrato para escribir una trilogía en papel de Mi hermanastro. Los dos primeros libros han vendido cerca de 10.000 ejemplares. El tercero se publicará en diciembre.
“Fue muy difícil, porque el primero lo escribí con el apoyo y la compañía de mis seguidores (...), pero para el segundo no tenía comentarios de nadie. Entonces fue escribir un libro a ciegas”, dice Dani en la pequeña habitación donde estudia para sus clases de periodismo.
Fue la primera vez que monetizó su trabajo, pues la mayoría del contenido de Wattpad es gratuito.
La crítica acecha
Cubides es un grano de arena en la playa de los autores Centennials, la mayoría mujeres, como se conoce a la generación nacida entre mediados de 1990 y hasta mitad de 2000.
A la par o incluso con mayor reconocimiento están la argentina Mercedes Ron, la escocesa Estelle Maskame o la italiana Cristina Chiperi.
La estadounidense Anna Todd está en la cúspide. Su novela romántica After, cuyo personaje principal está inspirado en el cantante de la banda británica One Direction, tiene más de 1.600 millones de lecturas, cinco libros físicos y una película.
Su obra encarna una tendencia con visos de avalancha en Wattpad y otras plataformas como Litnet o Inkspired: “Fanfics” o “fanfictions”, historias por y para aficionados.
Sus premisas son sencillas: ¿Qué pasaría si mi estrella fetiche se enamora de mí, una fan? ¿Y si yo ayudo a que Batman venza al Guasón?
“Un libro te ofrece una experiencia solitaria”, mientras que estas plataformas “ofrecen una experiencia comunitaria”, explica el editor mexicano Hugo Marroquín.
Pero el fenómeno es cuestionado por algunos críticos, que acusan a los textos de superficiales y ligeros, y a los creadores de faltos de talento y poco formados.
“Dentro del canon clásico del siglo XX no es literatura”, sostiene Omar Rincón, experto de la Universidad de Los Andes de Bogotá.
Pero estos escritores tienen una intuición “brillante” para “preocuparse por la agenda y los intereses” del “lector, que es el adolescente”, agrega.
Ante los reparos, Cubides apela al apoyo de sus seguidores, que la consideran una figura de culto, y a seguir contando relatos que se tornen más profundos mientras se hace adulta.
“Soy fan de Dani porque (...) ella no crea personajes sino como magia”, cuenta Susana Agudelo, una lectora de 13 años. “Es una historia que uno vive”.