Por Sue De la Hoz S.
Periodista El Nuevo Siglo
Cuando las pataletas se salen de control y se suben de tono, cuando a los padres les queda casi que imposible controlar las rabietas de los hijos pueden estar frente a un problema de comportamiento que se conoce como conducta agresiva.
Si bien es cierto que educar es una tarea que cada día se vuelve bastante compleja, que requiere esfuerzo y dedicación por parte de toda la familia, el entorno no siempre facilita el proceso. Esto se ve reflejado en redes sociales y medios de comunicación donde los menores son protagonistas de episodios violentos como el matoneo escolar.
Para explicar en qué consiste esta problemática infantil y cómo tratarla, la doctora Angie Pérez Vargas, sicóloga clínica y vocera de la tesis sobre conducta agresiva, conversó con este medio.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo definir la Agresividad Infantil?
ANGIE PÉREZ VARGAS:Lo primero que hay que aclarar es que en la infancia son relativamente normales los ataques de rebeldía. Esto hay que diferenciarlo de las conductas agresivas que son actitudes intencionadas que pueden causar daño, ya sea físico o psíquico. Comportamientos como pegar a otros, ofender, burlarse, tener rabietas o usar insultos y amenazas forman parte de la agresividad infantil. El verdadero problema radica cuando los niños persisten en esta conducta y son incapaces de controlarla.
ENS: ¿Qué aspectos determinan la agresividad?
APV:Hay distintos factores, uno de ellos, la historia en la que estamos enmarcados, el conflicto político y armado de Colombia, la exposición de los niños a contextos recurrentes de agresión por parte de los padres, el estilo de crianza de los papás que se caracteriza o por ser permisivo o por ser autoritario, y las agresiones constantes entre los padres.
ENS: ¿Qué hacer con un niño agresivo?
APV: Para los padres es importante aprender a escuchar a los niños y tener tiempo con ellos. Evitar toda clase de juicios y rótulos como “Eres un niño brusco y grosero”, ya que son sentencias que solo lograran que el niño se programe negativamente. Vale la pena recordar que el castigo físico no es aconsejable en ninguno de los casos porque sus efectos son generalmente negativos: se imita la agresividad y aumenta la ansiedad del niño.
ENS: ¿Cuál es el Tratamiento más apropiado?
APV: La terapia dialéctico- conductual que se enfoca en la aceptación y el cambio, en la que se manejan cuatro aspectos importantes: conciencia plena, habilidades de efectividad interpersonal, tolerancia al malestar y regulación emocional. Cuando uno hace un entrenamiento en estas habilidades, se evidencia que hay una disminución de la conducta agresiva.
ENS: ¿Cuánto tiempo toma para hacerse efectiva?
APV: En 8 sesiones mínimo. En el caso de los niños también tiene que hacerse un entrenamiento con los padres, en cuanto a la instauración de normas en la casa.
DESTACADO
Cuando hablamos de agresividad no se trata únicamente de algo físico, también es verbal.
LA timidez, la falta de facilidad para expresarse, son aspectos que generan frustración, y en muchos casos también terminan en actitudes y conductas agresivas.
Recuadro
Recomendaciones
La agresividad tiene manejo diferencial con: niños, relaciones de pareja y en relaciones interpersonales (amigos, compañeros de trabajo y figuras de autoridad).
- Encontrar las causas de la agresividad en el paciente.
- De ser posible, cambiar los entornos violentos (barrio, amigos, colegio, etc.) que tenga el individuo.
- Que la persona aprenda técnicas de control.
- Enseñar manejos emocionales positivos al paciente.
- Realizar ejercicios para aprender control de los pensamientos irracionales como la venganza.
- Utilizar técnicas de relajación.
- Aprender a comprometerse con el tratamiento de recuperación.
- Motivar al paciente.