Cansancio, debilidad, mareos, dolores de cabeza y otros síntomas de agotamiento suelen ser la manifestación de la anemia en el organismo, que con la adecuada alimentación podrían menguar o desaparecer por completo. Es un error pensar que comer en grandes cantidades o, por el contrario, reducir indiscriminadamente las porciones de comida ayudará a contrarrestar los malestares ocasionados por esta afección.
La anemia consiste en la disminución del número de glóbulos rojos en la sangre, y como son estos los que transportan oxígeno al cuerpo, las consecuencias derivan en las molestias antes descritas. La causa más común de la enfermedad es la falta de hierro, elemento esencial que necesitamos para producir la hemoglobina que aporta a la sangre su color rojo y transporta oxígeno desde los pulmones al resto del organismo.
Esta baja en los niveles de hierro tiene numerosas causas. Entre ellas, períodos menstruales muy abundantes, embarazo, úlceras, pólipos en el colon, cáncer de colon, trastornos hereditarios, desórdenes alimenticios o una dieta que no proporciona la cantidad necesaria de hierro, ácido fólico o vitamina B 12.
A tener en cuenta
Aunque no siempre un individuo es consciente de que padece anemia, lo más recomendable es acudir al médico si ve que persisten los síntomas. De no prestar atención su salud podría empeorar, presentando otras complicaciones como: color azul en la esclerótica (parte blanca) de los ojos, uñas quebradizas, deseo de comer hielo u otras cosas no comestibles, mareo al ponerse de pie, color de piel pálido, dificultad para respirar, lengua adolorida.
Pero no se asuste, la anemia se puede prevenir y hasta curar si es leve. Puede buscar recetas fáciles que incluyan ingredientes como carnes rojas, frutas secas, granos, huevo, entre otros, y cocinar platos que le agraden a usted, a su familia, especialmente a los niños.
Háblales a ellos sobre todo de la importancia de comer bien para que puedan tener un crecimiento óptimo, siendo fuertes e inteligentes. Esté atento también si percibe falta de motivación, bajo desempeño laboral y depresión. La anemia se relaciona además con otras enfermedades que se pueden prevenir con un tratamiento oportuno.