El carnaval de Colonia, una de las fiestas más populares de Alemania, empezó bajo grandes medidas de seguridad tras la ola de agresiones en la ciudad en la noche de fin año, atribuidas a demandantes de asilo e inmigrantes.
Siguiendo la tradición, la fiesta empezó a las 11h11 locales en la plaza del Viejo Mercado, a pocos metros de la conocida catedral de la ciudad. Sin embargo los habitantes aseguran que este año hay menos "Jecken" (apasionados del carnaval, en dialecto renano) que otras veces.
"No quiero que los que agredieron a mujeres salgan ganando", explica Ramona, disfrazada de superheroína con el pelo pintado de violeta. "Estar aquí es una forma de protestar", asegura.
Martin, de 60 años, miembro de la Asociación del Carnaval del Viejo Mercado, explica que se nota la falta de gente. "Creo que hay miedo. Fuera de Colonia la gente se cree que estamos en una guerra civil, es un disparate", explica riendo con su uniforme verde y rojo de soldado de siglo XVIII.
En la noche de fin de año la ciudad vivió una ola de agresiones, en su mayoría sexuales, atribuidas a demandantes de asilo o a inmigrantes del norte de África. Hasta ahora ha habido más de mil denuncias.
El caso ha tenido una enorme repercusión en el país y ha acrecentado la presión sobre la canciller Angela Merkel y su política de puertas abiertas con los migrantes.
La policía ha desplegado 2.500 policías en Colonia para el carnaval, tres veces más que el año pasado y en el centro la presencia policial es muy visible entre la muchedumbre de personas disfrazadas de cowboy, payaso, princesa o soldado imperial salido directamente de "Star Wars".
- "No tenemos por qué cambiar" -
"He venido para divertirme", explica Marcel, de 23 años, ataviado como un apache. "Sobre todo después de lo que pasó está bien que la gente pueda divertirse".
Karine, de 59 años, viene desde las afueras de Colonia y responde con un rotundo "no" sobre si lo que pasó en fin de año ha cambiado su forma de actuar. "Venimos cada año, no tenemos por qué cambiar", explica rodeada de sus amigas, todas disfrazadas de payaso, en la plaza de la estación, la misma donde tuvieron lugar los incidentes.
El objetivo de la policía es evitar nuevos incidentes durante la fiesta que cada año reúne a cerca de 1,5 millones de visitantes.
"Actuaremos con firmeza contra los que se pasen de la raya, tanto los agresores ebrios como los ladrones o los delincuentes sexuales que no saben aceptar que una mujer les diga no", afirmó esta semana el jefe de la policía de Colonia, Jurgen Mathies, nombrado tras los hechos de fin de año.
Las autoridades han instalado un punto de información en el centro donde pueden acudir las mujeres en caso de problema. Durante la noche se iluminarán con luces portátiles algunas calles para evitar rincones oscuros.
Sin embargo, el ministro regional del Interior, Ralf Jager, aseguró que no existe "ningún índice concreto de amenazas o atentados".
La policía alemana sigue movilizada y este jueves fueron arrestados en una gran operación en la región de Renania y en Berlín dos argelinos sospechosos de estar preparando un atentado con el apoyo del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Como muestra del impacto de las agresiones en la ciudad, el tradicional desfile del "Lunes de Rosas" tendrá este año una carroza donde "Mutter Colonia", la figura que representa la ciudad, está llorando. En vez de llevar sus tradicionales gafas rosas, ahora rotas en el suelo, y que le permiten ver la vida con optimismo, "Madre Colonia" lleva gafas oscuras.
El carnaval durará seis días, hasta el próximo el Miércoles de Ceniza, el día en que según la tradición católica empieza el período de Cuaresma.