EN 1956, en una época de turbulencia y cambios políticos en que había muy escaso interés en la realización de investigaciones científicas en Colombia, el Instituto Caro y Cuervo, bajo la dirección de José Manuel Rivas Sacconi constituyó un grupo de investigadores liderado por Luis Flórez para realizar un inventario léxico del español de Colombia.
El objetivo de esta investigación -pionera en Latinoamérica- era construir un atlas lingüístico y etnográfico que reflejara a través de mapas la distribución geográfica de las variantes léxicas encontradas. El cuestionario de 1.500 puntos se enfocó en dieciséis temas, entre los cuales estuvieron el cuerpo humano, la vivienda, la familia y el ciclo de vida, la agricultura, los oficios y el transporte.
Ese exhaustivo trabajo de campo fue la base del Atlas lingüístico-etnográfico de Colombia (Alec), el mismo que hoy, con una llamativa exposición se presenta en la sala de exposiciones del Instituto Cervantes de Madrid, para que los españoles puedan conocer, de primera mano, un conjunto de palabras relacionados con el cultivo, recolección y usos del maíz y del café en Colombia.
Y aunque esta es una pequeña muestra del Alec, que consta de 1.400 mapas marcados con palabras y sus variantes léxicas, ilustraciones, fotografías y grabaciones, es muy significativa porque devela los usos del español en varias localidades del país y específicamente en el sector agrícola. De allí que la exposición se titule “Palabras de maíz y café”.
El Alec se publicó entre 1981 y 1983 después de varios años de sistematización, organización y configuración de los mapas con toda la información recogida y se constituye en una obra de referencia para la documentación y la sistematización de la lengua en Colombia.
En un contexto donde el contacto entre diversas lenguas y dialectos es tan importante, la relación entre lengua y distribución geográfica también se utiliza para presentar las lenguas indígenas y criollas del país
Palabras de maíz
El maíz ha conectado culturas y formas de pensamiento y habla de todo el continente americano. El equipo de investigación del Alec identificó al maíz como uno de los productos agrícolas más importantes de la economía colombiana de mediados del siglo xx.
Desde la época prehispánica hasta la actualidad, en algunas culturas el maíz se continúa considerando una deidad o un regalo de los dioses. Por consiguiente, es posible encontrar hoy en día una gran variedad de formas lingüísticas asociadas al maíz.
En la exposición, la parte referente al maíz consta de las secciones El maíz y sus partes, Siembras del maíz, Herramientas para la siembra, Cuidados de la plantación, Estadios del desarrollo de la planta, Recolección del fruto yModos de conservar o guardar el maíz.
Palabras de café
El café es producido y consumido en Europa, Asia y América. Y aunque el cafeto es originario de la actual Etiopía, hoy en día hace parte de los productos consumidos por algunas comunidades indígenas de Colombia, como la de los paeces, al sur. Incluso, en algunas regiones, taitas o chamanes de diferentes países suramericanos, incluyendo a Colombia, lo usan con fines medicinales. De esta forma, las prácticas relacionadas con la producción del café en Colombia que perduran pueden comprenderse a la luz de la variedad de palabras que las representan.
Las secciones de la exposición son las siguientes: Partes del cafeto, Siembra del café, Cuidados y enfermedades de la plantación, Recolección del café, Descerezar el café yProceso de secado del café.
En la apertura ayer de esta llamativa exposición (estará abierta al público hasta mediados de enero), el investigador y curador de la misma, Julio Bernal Chávez explicó la importancia del Alec para la cultura, la educación y la ciencia en Colombia, además de su papel en la dialectología de los países de habla española. También destacó su relación con otros atlas lingüísticos -entre ellos, el Atlas lingüístico de la Península Ibérica- y reconoció la participación y los valiosos aportes de lingüistas españoles como Manuel Alvar, Tomás Buesa Oliver, Tomás Navarro Tomás y Germán de Granda en el proyecto.