La hormona del crecimiento (GH) se ha convertido en uno de los tratamientos de reemplazo hormonal más populares en las últimas décadas. Esto debido a su alta eficacia en la terapia de algunas enfermedades o condiciones clínicas que dificultan el crecimiento, según la doctora María Teresa Bedoya, gerente médica en endocrinología de Merck.
Algunas de ellas son la deficiencia de GH en adultos o en el paciente pediátrico, quienes cuentan con insuficiencia renal crónica, el síndrome de Turner, así como niños recién nacidos con baja talla para su edad gestacional, que además no recuperan su potencial de crecimiento.
El próximo 20 de este mes se conmemora el Día de la Concientización del Crecimiento Infantil, una fecha cuyo principal objetivo es sensibilizar a la población sobre la importancia de identificar y consultar a tiempo en casos de detectar trastornos en el crecimiento de los niños.
Algunos niños no crecen, mientras que otros cuentan con un desarrollo vertiginoso por diversas razones y generalmente, estas tienen que ver con problemas externos como malnutrición, enfermedades desconocidas u otras afecciones conocidas como trastornos idiopáticos de crecimiento, entre otros.
Algunos trastornos relacionados con el crecimiento también tienen relación con complicaciones metabólicas, afectaciones en la autoestima y la salud mental.
¿Cómo se diagnostica?
Existen varias señales de alerta que nos indican que un niño puede presentar un déficit de GH. La más frecuente, es un desarrollo lento de la estatura; un niño que es más pequeño que lo correspondiente a la media de su edad o que en cualquier momento de la infancia deja de crecer.
En todo caso, el primer paso es acudir a un médico pediatra, quien hará las valoraciones precisas y descartará otras patologías como causas del lento crecimiento. En el momento oportuno, el pediatra remitirá al niño a un endocrinólogo pediatra, quien se encargará de evaluar y formular el tratamiento hormonal, en caso de ser necesario.
La hormona del crecimiento
La GH también conocida como Somatropina, es una sustancia producida por la glándula pituitaria o adenohipófisis, que se encuentra en la base del cerebro. La GH estimula el crecimiento infantil, a la vez que ayuda a mantener los tejidos y órganos a lo largo de la vida.
Además, tanto en niños como en adultos, ayuda a controlar el metabolismo del cuerpo, que es el proceso por el cual las células convierten la comida en energía y producen otras sustancias que el cuerpo necesita.
La hormona ha sido usada como terapia hormonal desde los años ochenta, cuando se logró sintetizar por biología molecular. Este uso, históricamente, se ha limitado a las patologías que involucran problemas en la producción de la hormona o retrasos en el crecimiento por causales definidas.
Rara vez, los padres entienden la importancia de supervisar el crecimiento anual del niño. Esto no siempre debe ser un motivo de alarma. También hay factores genéticos que influyen en la estatura de las personas. Sin embargo, llevar un control del crecimiento de un niño es importante para garantizar un diagnóstico y tratamiento correcto, aclara la doctora. María Teresa Bedoya, gerente médico de endocrinología de Merck.