La realizadora peruana Claudia Llosa volvió a la Berlinale este miércoles con su película "Aloft", un filme doloroso y poético filmado cerca del Polo Norte, sobre la necesidad de "perdonar", de elevarse por encima de los errores, "superando lo que no nos deja avanzar".
Desde que ganó en 2009 el Oso de Oro con "La teta asustada", Claudia Llosa comenzó a meditar en la forma en que podría expresar, a través de una ficción, "la búsqueda de lo sagrado, la necesidad de regenerarnos".
"Aloft", que en castellano se llamará "Vuela, no llores", es la historia de Nana Kunning, interpretada por la hermosa Jennifer Connelly, una artista, madre de dos niños, Ivan, de 10 años, apasionado por los halcones, y Gully, de 6.
Viven lejos de todo, en una finca canadiense cubierta de hielo, en medio de una naturaleza esplendorosa. Nana lleva a su niños en sus búsquedas, ellos la acompañan a visitar chamanes que le enseñan el arte de sanar con imposición de manos, con piedras mágicas, con cánticos.
Un día ocurre un terrible accidente: Ivan, el niño mayor, causa por imprudencia la muerte de su hermano.
Claudia Llosa reconoció la complejidad de su película, cargada de simbolismos.
Cuando muere Gully, Nana toma la decisión de separarse de Ivan, dejándolo con su abuelo, para seguir sola sus búsquedas espirituales y su camino en el arte.
"Hay muchas metáforas en el film, el halcón es la libertad, la expresión, la posibilidad de escaparse de lo pesado", declaró el actor irlandés Cillian Murphy, que interpreta a Ivan ya adulto, un hombre roto, ensimismado, con el peso de la culpa en los hombros, pero aún con la pasión por los halcones.
Ressemore, una periodista francesa (Mélanie Laurent), que busca entrevistar a Ivan, lo pondrá en contacto con su madre, a quien no veía desde la tragedia. Para ambos será "el comienzo de la curación".
Claudia Llosa dijo que la temática de "Aloft" --que significa suspendido en el aire-- tenía muchos lazos con sos dos películas más conocidas, "Madeinusa" y "La teta asustada".
"Mis personajes son mujeres fuertes, conectadas con la tierra, en un lugar hostil, en un entorno alejado de las instituciones, de las grandes urbes...mujeres que están buscando soluciones creativas porque no las encuentran en la lógica, en la ciencia, en la razón", declaró.
"Quería mostrar ese lado primitivo que todos tenemos; ese ADN que todos tenemos se activa de pronto, y la pregunta es cómo canalizar eso", declaró.
En "La teta asustada" Fausta (Magaly Solier) lo canalizaba a través del canto, recordó.
"Nana canaliza su energía a través del arte y la curación. Para ella es un canal para transmitir esa energía, recuperar esa esencia que todos tenemos".
"Esta película me pedía recordar cómo se inició el arte en la humanidad, la magia, los rituales", explicó Llosa, que se lanzó el desafío de filmar en inglés, lejos de Perú.
"Pensé que el tema de dónde ponemos lo sagrado es algo universal", que "no se reduce a lo andino, a lo peruano. Por eso mi reto era sacarlo de ese entorno que conozco", explicó.
"Siempre he hablado de lo que me inquieta, pero no quería acomodarme en un universo que te permite con más facilidad tocar esos temas. No quería ese rincón seguro y tranquilo que es para mí el Perú", dijo Llosa.
"Hay un dicho en mi tierra: Dios escribe con las líneas torcidas", señaló la realizadora, confirmando que a ella le "interesan personajes complejos en situaciones extremas", como es el caso de Nana y la decisión que toma de separarse de su hijo Ivan.
"El simbolismo está presente en mi cine. Me interesa lo sagrado, cómo lo atribuimos a objetos o a personas, o a elementos ordinarios: un don, un poder, puede ser el halcón, la estructura de las obras de Nana", explicó.
Llosa dijo que siente a su película peruana. "La reconozco como propia, pero podría ocurrir en España, en Estados Unidos".
"Nana es una sanadora, una chamana, una madre arrullando a su hijo. No hay nada más sanador que eso, es tan primitivo. Todos tenemos la capacidad de sanar al otro y de sanarnos, pero nos hemos olvidado, porque somos descreídos, desconfiados", opinó.
Llosa subrayó que le interesa el tema de si somos capaces de regenerarnos. "¿Somos capaces de perdonar, de curarnos?", planteó, afirmando que "el perdón es un milagro".
"Mira nuestra historia. ¿Somos capaces de perdonar?", recalcó, reconociendo que lo que más le interesa es plantear interrogantes y no dar respuestas.