La cistitis es una infección en las vías urinarias que provoca un fuerte dolor en la vejiga, tanto que llega al grado de producir escalofríos y fiebre. Quien la padece siente las ganas de miccionar y no puede, y cuando logra hacerlo es en pequeña cantidad y con un enorme ardor.
La incidencia de este padecimiento es mayor en las mujeres ya que tienen la uretra más corta y se encuentra más cerca del ano, lo que permite a las bacterias ingresar con facilidad y subir hasta la vejiga. En cambio, los hombres, además de tener una uretra más larga, la próstata segrega una sustancia con un efecto bactericida, que evita el ascenso espontáneo de los microorganismos.
Se estima que entre el 10 y el 20% de las personas que sufren al menos un episodio de cistitis a lo largo de su vida, son un 15% más propenso de volver a sentir la molestia. La edad de mayor incidencia en la mujer es entre los 20 y los 40 años. En el hombre las cistitis son más frecuentes durante los primeros años de vida, asociadas a la posible existencia de anomalías en el tracto urinario y a partir de los 50 debido a las patologías prostáticas.
Causas y síntomas
Existen numerosos microorganismos que pueden infectar las vías urinarias, aunque el agente etiológico más frecuente es la bacteria intestinal Escherichia coli, responsable de un 80% de las infecciones agudas. El 20% restante incluye microorganismos que se encuentran en el medio ambiente como Staphylococcus saprophyticus, Proteus mirabilis, Proteus vulgaris, Klebsiella sp.,Streptococcus faecalis y Pseudomonas aeruginosa.
Durante el embarazo las mujeres son más propensas a adquirir cistitis, dado a las frecuentes visitas al baño. Sin embargo, los agentes infecciosos son los mismos, aunque es posible detectar en menor medida a Enterococcus sp, Gardnerella vaginalis y Ureaplasma urealyticum.
El paciente con esta enfermedad puede presentar los siguientes síntomas:
· Disuria o micción dificultosa, dolorosa e incompleta de la orina. Es un síntoma muy molesto que se caracteriza por ardor o dolor al inicio o al final del chorro miccional.
· Aumento de idas al baño.
· Sensación de orinar, aun con escasa cantidad en la vejiga.
· Dolor justo encima del hueso púbico.
· Micción opaca y con mal olor .
· Presencia de sangre en la orina. Aparece en cerca del 30% de los casos.
· Fiebre.
· En algunas ocasiones el paciente no presenta ninguno de los síntomas características de la enfermedad, dado a que el organismo del paciente puede soportar una gran cantidad de bacterias, sin embargo no es nada bueno para la salud, ya que las complicaciones internas siguen avanzando.
Tratamiento
El tratamiento de la cistitis depende de si es o no complicado el caso. En el caso de los antibióticos, este contribuye a la eliminación de los microorganismos, al alivio de la sintomatología y previene la aparición de complicaciones, recurrencias e intensificación del problema.
El enfoque terapéutico es diferente ante un episodio esporádico o uno con cistitis de repetición. El antibiótico elegido debe ser efectivo frente a los patógenos habituales, alcanzar concentraciones suficientes en orina y con toxicidad baja, como las cefalosporinas, quinolonas, aminoglucósidos o fosfomicina trometamol. La vía de administración es por vía oral, aunque si el caso es avanzado se recomienda inyectar.
Respecto a la duración del tratamiento, los especialistas afirman que la terapia debe durar entre 3 y 5 días y así evitar la recurrencia de la enfermedad, pues cubre el 80% de los casos.
La tasa de resistencia microbiana a los antibióticos ha sufrido importantes variaciones en la última década. Las cepas de E. coli han mostrado un notable incremento en la resistencia a los antimicrobianos de uso habitual, por lo que en algunas ocasiones es mejor optar por el uso de dos medicamentos suministrados en inyecciones.