Cinco mitos y verdades acerca del Síndrome del Ojo Seco | El Nuevo Siglo
Grapar los laterales de la mascarilla y crear un pico a la altura lateral de las mejillas para que el aire que se expulsa pueda salir, es uno de los tips para evitar este mal.
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Miércoles, 9 de Diciembre de 2020
Redacción Cultura

Según un estudio realizado por la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, el uso masivo de mascarillas disminuye la propagación del covid-19 y cuando se combina con medidas de confinamiento previene futuras oleadas del virus.

El estudio ofrece nueva evidencia de que las mascarillas o tapabocas pueden ser muy útiles para evitar una creciente ola de contagio. Sin embargo ante la emergencia sanitaria y con la llegada de la nueva normalidad, el uso de este nuevo accesorio incrementa la incidencia de ojo seco.

“El trabajo en casa se ha incrementado y el uso de mascarillas en espacios públicos ante la llegada de la nueva normalidad es más constante y de un uso más prolongado al que las personas estaban acostumbradas inicialmente. Enfermedades como el Síndrome de Ojo Seco ha sido una de las patologías de más visitas al consultorio médico”, afirma Andrés Rosas, médico oftalmólogo. Al respecto, conozca cinco mitos y verdades sobre este mal. 

1. “El ojo seco es una simple resequedad”. Falso Es una condición que ocurre cuando las lágrimas no lubrican los ojos de forma adecuada. Aproximadamente uno de cada siete pacientes entre los 65 a 84 años reporta síntomas de ojo seco de forma frecuente o durante todo el día.

Esta es una afección que se ha incrementado en el mundo y afecta al 40% de la población a nivel mundial. Se estima que el 30% de las personas que acuden a consulta lo hacen por este motivo.

2. “La enfermedad del ojo seco solo afecta a pacientes mayores”. Falso. Un ojo sano en niños debe parpadear de 20 a 22 veces por minuto, un niño delante de una pantalla puede reducir su frecuencia a seis o siete veces durante un tiempo relativamente prolongado.

El uso de pantallas se ha incrementado en niños y jóvenes por el SARS-CoV-2 en el país donde se brindan clases en línea y los estudiantes pasan en promedio, dos y seis horas diarias en esta como parte de su educación escolarizada, pero también por el uso de la televisión o redes sociales, de modo que, ese tiempo de exposición se ha quintuplicado.

3. “Se asocia el ojo seco a la mascarillas o tapabocas”. Verdadero. El flujo de aire hacia los ojos, cuando se usa tapabocas, acelera la evaporación de las lágrimas, lo cual aumenta las posibilidades de causar Síndrome de Ojo Seco.

“El aire caliente en los ojos puede aumentar la resequedad en la película lagrimal, lo cual puede causar Síndrome de Ojo Seco o aumentar sus síntomas asociados”, afirma el doctor Andrés.

4. “Se aplica el mismo tratamiento para todos los pacientes”. Falso. No existe un tratamiento único para el ojo seco. Entre los tratamientos más comunes para este síndrome, se encuentran las lágrimas artificiales, que alivian los síntomas, dan lubricación y viscosidad, mejorando la humectación de la superficie ocular.

5. “El uso excesivo de pantallas puede generar el Síndrome de Ojo Seco”. Verdadero. El uso de pantallas reduce la frecuencia de parpadeo, disminuyendo la frecuencia con la que se lubrican los ojos. Entre mayor sea la exposición, mayor es la mala lubricación. “En promedio una persona parpadea 20 veces por minuto, una cifra que disminuye a menos de 10 cuando nos concentramos frente a una pantalla”.

Recomendaciones

Tome un descanso de la tecnología: Tome descansos frecuentes para relajar los ojos. Pruebe la regla 20-20-20: aparte los ojos de la pantalla cada 20 minutos y enfoque en algo a 20 pies de distancia por al menos 20 segundos. Además, asegúrese de parpadear más a menudo cuando use estos dispositivos.

Mejore la humectación del ambiente: Incremente la humedad en el aire en su entorno, quizás al dormir con un humidificador al lado de la cama, así mismo cuando use tapabocas.

A la hora de utilizar la mascarilla, un sencillo truco para evitar el ojo seco consiste en grapar los laterales de la mascarilla y crear un pico a la altura lateral de las mejillas que permita que el aire que se expulsa pueda salir.