Golpes y contusiones en la cabeza, la rodilla o las costillas y algún codo roto fue el resultado del tercer encierro, este jueves, en las tradicionales fiestas españolas de San Fermín, donde los toros dejaron cinco heridos leves, según las autoridades locales.
Encabezadas por "Jubilado", un gran astado negro de cinco años, las seis reses bravas golpearon y pisotearon a estos temerarios corredores, deseosos de emociones fuertes, mientras recorrían tan rápido como les permitían sus piernas las calles adoquinadas de Pamplona, en el norte de España, comprobó un periodista de la AFP.
Los heridos son cinco hombres de nacionalidad española con edades comprendidas entre 27 y 58 años. "Jubilado", escapado del grupo, había embestido antes de resbalar y caer con sus 595 kg de peso sobre los corredores.
Muchos vestidos con el tradicional atuendo blanco y pañuelo rojo al cuello, los hombres se empujaron unos a otros fuera del camino ante la llegada de los toros.
"Hubo mucho pánico esta mañana. He saltado por encima de seis personas", explicaba Peter Milligan, un estadounidense de 44 años originario de Nueva Jersey, que corrió junto a su hijo de 18 años, por el que sintió miedo.
"Uno de los toros me golpeó en la espalda con el morro y luego se fue. Todo el tiempo mi hijo estuvo corriendo un par de pasos delante mío", agregaba.
Nadie resultó corneado pero los heridos fueron tratados en el hospital, informó el gobierno regional de Navarra en su parte médico diario.
Los astados, de la ganadería de los Victoriano del Río, cerca de Madrid, tardaron menos de dos minutos y medio en recorrer a toda velocidad los 846 metros que separan el redil de la plaza de toros de la ciudad donde debían enfrentarse a los toreros y a la muerte durante la tarde.
Iniciados el martes, los encierros se prolongarán hasta el 15 de julio.
Un australiano de 27 años había sido corneado el miércoles en la plaza al final del segundo encierro, dos estadounidenses y un británico lo habían sido el martes. Todos fueron dados de alta en el hospital.
"Tropecé y caí hacia atrás y un toro me hirió en la axila. Me levanté y noté algo de sangre. Miré bajo mi camisa y vi el agujero", decía Mike Webster, de 38 años, uno de los norteamericanos heridos el martes. Participa en San Fermín desde hace 11 años pero ahora asegura que no volverá a correr.
Quince personas han muerto en estos encierros desde que comenzaron las estadísticas en 1911. El último en 2009, cuando un toro corneó a un español de 27 años en el cuello, los pulmones y el corazón.