CON una pieza musical donde despliegan todo el virtuosismo del joropo llamada “Zumbajam” y que hace parte de su nuevo trabajo musical “Orinoco”, la agrupación de música llanera Cimarrón ganó hace pocos días los Independent Music Awards 2019 en la categoría Mejor Canción Instrumental.
El premio llega como un abrebocas para la gira internacional en donde presentarán este nuevo álbum. ‘Orinoco’ es el primer trabajo hecho totalmente en Colombia. Sus dos álbumes anteriores los grabaron con el sello estadounidense Smithsonian Folkways y con ellos obtuvieron la única nominación de un grupo colombiano a los Grammy Anglo, en la categoría de Mejor Álbum de Músicas del Mundo, y ganaron los Independent Music Awards de 2012 a Mejor Álbum Latino.
Cimarrón, no obstante, es más que una banda. Lo que más llama la atención es su espectáculo en vivo, en el que hay un juego de instrumentos y danza con el que deleitan al público. Este nuevo álbum es considerado por el maestro Carlos ‘Cuco’ Rojas, el director y arpista de Cimarrón, como la banda sonora de esa puesta en escena y por tal razón el producto musical tiene una serie de transformaciones que se ajusta más para la escena musical contemporánea que para los cánones de la música tradicional colombiana.
“Transformamos la música llanera. Adicionamos, por ejemplo, percusión profunda como la tambora, como el zurdo brasileño o percusiones virtuosas como el cajón afroperuano. Eso hace que en las canciones incluidas en el álbum suenen otros instrumentos que no son usuales de este ritmo”, explicó Rojas en una entrevista a la Agencia Anadolu.
En el álbum llama la atención una versión de ‘Caballo Viejo’, la afamada canción de Simón Díaz que ha sido versionada por muchos artistas internacionales. Según Ana Vaydé, cantante del grupo, la idea era hacer un homenaje al compositor y para eso decidieron integrar elementos de otras adaptaciones: “Sin duda, la más reconocida es la de Gypsy Kings, y esa fue una de las que más nos gustó junto con la de Celia Cruz y Julio Iglesias”.
Muchas veces sucedió que cuando cantaban esta pieza en el exterior, la gente creía que era una canción española: “Eso fue lo que más nos animó a hacerla”, asegura Vaydé. De hecho, la revista Billboard consideró que esta versión de 'Caballo Viejo' era una manera de volver a traer la canción a su raíz para que la gente conociera su verdadero origen.
Los relatos de corridos llaneros, como 'Caballo Viejo', están muy relacionados con la narrativa de los romances hispánicos del siglo XIII y XIV. No es casual que Rojas haya sido parte de la celebración del Premio Nobel de literatura de Gabriel García Márquez en Estocolmo, pues el escritor colombiano era un apasionado por la literatura española y, por supuesto, por los corridos llaneros: “A Gabo le gustaba mucho el pajarillo, un aire musical con el que se cantan corridos, relatos de la historia regional y de la vida de los trabajadores del campo”.
Sin embargo, cuando se habla de música llanera es fácil encontrar una relación directa con lo europeo, y no con la tradición africana e indígena. Según Rojas, uno de los principales instrumentos del joropo, la bandola llanera, es en realidad un laúd árabe del norte de África, los patrones de interpretación del arpa están muy emparentados con los de la kora africana y hasta la manera de bailar el joropo proviene de danzas centroafricanas: “Esa interpretación como un ritmo descendiente de Andalucía ha invisibilizado la herencia africana. Nosotros hemos compartido escenario con músicos de Senegal y Mali y ellos sienten esa proximidad entre la música nuestra y la de ellos”.
Herencia africana
Pero no solo se ha invisibilizado la herencia africana, también la indígena. Por ejemplo, los cantos de arreo y ordeño, que son cantos de trabajo y que fueron declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en el 2018, son muy similares a los ‘bajanakabo’ de los indígenas sikuani. Para Rojas, son cantos andaluces con una melodía indígena: “Es muy importante que en el trabajo de Cimarrón se visibilice la ancestralidad tanto europea como africana e indígena, se potencie de manera visual y sea evidente para quienes van a ver nuestros espectáculos”.
La gran pregunta que se hicieron al iniciar este proyecto musical era ¿cómo desarrollar un espectáculo de joropo manteniéndose fieles a las raíces del ritmo? Para el maestro Rojas, eso no significa ser fieles a los elementos externos, como al uso de determinados instrumentos, sino el carácter: “No puede haber un joropo sin carácter. Aunque no usemos instrumentos llaneros, la música sí refleja el carácter de gente que ha estado toda la vida en el llano”.
Entender y mostrar la verdadera ancestralidad del joropo es el gran objetivo de Cimarrón. Esto se ve muy claro en ‘La Tonada de la Palomita’, un canto de ordeño que inicia acompañado por el «cacho e’ venao», un instrumento indígena de etnia sikuani. Por eso el video de esta canción, realizado junto al productor francés Jeremiah Derathe, fue grabado en los Cerros de Mavecure en Guainía, considerados lugares sagrados para las culturas ancestrales del Orinoco.
El álbum ha sido elogiado por revista musical norteamericana PopMatters por “representar la colombianidad moderna y la ruralidad idealizada”. La Revista Billboard aseguró que ‘Orinoco’ “está lleno de texturas gruesas de instrumentación global y una resonancia contemporánea del joropo” y fue reseñado por la revista de los Grammy Anglo, lo que podría ser un buen augurio para lograr otra nominación para este exclusivo premio.
Cimarrón es considerada por la crítica internacional una banda de World Music, una categoría en la que agrupan la música de fiesta no europea. Para Rojas, esto es muy colonialista porque en los circuitos de World Music no se muestra la música tradicional tal cual como se toca en su lugar de origen, sino que pasa por una intervención de un productor europeo que le quita y le pone elementos a su gusto.
De hecho, cuando la banda se presentó por primera vez por fuera de Colombia les preguntaban qué productor europeo les había diseñado el espectáculo. Sin embargo, Cimarrón no obtuvo ninguna asesoría y todo lo que han montado ha sido desde la intuición.
Pese a lo anterior, Rojas reconoce que “el circuito que crea la World Music abre muchas posibilidades para una banda como Cimarrón, porque genera itinerancias a públicos abiertos a nuevas expresiones musicales, públicos a los que muy difícilmente podríamos llegar”. Para el arpista, este reconocimiento internacional ha sido el que les ha abierto nuevos espacios en Colombia y les ha permitido presentarse en eventos importantes de la región, como los de esta nueva gira.
Cimarrón estará en grandes escenarios del circuito de música folk e indie de Estados Unidos del 23 de julio al 22 de agosto. Por ejemplo, en el festival Newport de folk, el mismo donde tocó Joan Báez y nacería la leyenda de Bob Dylan, en el Lowell Folk Festival, el American Folk Festival de Bangor y el Music Heaven Concert Series de Nueva York. Pasarán por escenarios como el Kennedy Center en Washington y estarán hasta un famoso bar-restaurante de jazz en Manhattan llamado Joe’s Pub, considerado en 2013 por la Revista Rolling Stone uno de los diez mejores lugares para conciertos en Estados Unidos.