Científicos de Senegal y de Brasil anunciaron el viernes en Sao Paulo la creación de un grupo de trabajo para estudiar el virus del zika, transmitido por mosquitos, que causó un brote de microcefalia en el país sudamericano.
El equipo senegalés, liderado por el científico Amadou Alpha Sall, proviene del Instituto Pasteur de Dakar y ya participó activamente en el combate al virus del ébola en el oeste de África.
El objetivo es que los científicos africanos se sumen a una red de investigadores del estado de Sao Paulo y los entrenen para tomar parte más activa en el combate al brote del zika, que provocó desde 2015 un total de 3.174 casos sospechosos de bebés nacidos con microcefalia al afectar a sus madres cuando estaban embarazadas, según el primer boletín del Ministerio de Salud de este año.
El grupo buscará saber si el virus es letal, qué desata la microcefalia en fetos, qué provoca en mujeres que no están encinta o cómo se comporta su vector, el mosquito Aedes Aegypti, el mismo que transmite el dengue y la chicunguña.
"La idea es organizar una plataforma para investigar de forma conjunta", declaró en rueda de prensa Paolo Zanotto, profesor del Instituto de Ciencias Médicas de la Universidad de Sao Paulo, coordinador de la red de investigadores paulistas.
"De aquí a seis meses me gustaría entender qué está causando microcefalia, tener sistemas extremadamente rápidos de detección del virus; me gustaría por ejemplo que una mujer embarazada tenga un seguimiento donde se le diga 'hay un riesgo de que esté infectada' y pueda hacerse una intervención instantánea para reducir el daño en el niño", añadió.
Científicos probaron que la malformación congénita está relacionada con el virus del zika. La microcefalia es una enfermedad irreversible que se detecta cuando la circunferencia del cráneo es igual o inferior a 33 centímetros, lo que acarrea dificultades en el desarrollo intelectual.
"Vamos a investigar el nexo entre el zika y la microcefalia. Si hay un nexo y cómo se desarrolla y, además, vamos a tratar de comprender mejor la biología del virus para poner a punto la vacuna y las terapias", comentó Amadou Alpha Sall.
"Aún cuando hay algunas observaciones al nivel de la Polinesia Francesa, las proporciones que hemos visto en Brasil son inhabituales y eso da la oportunidad de tratar de entender esta nueva presentación clínica", añadió.
En 2014 Brasil diagnosticó 147 bebés afectados por esta enfermedad, pero en 2015 el problema se disparó. El inédito hallazgo científico fue confirmado a través de tres resultados de laboratorio y llevó al gobierno a definir como prioritaria la lucha para controlar la población del mosquito vector.
La colaboración entre Brasil y Senegal se enmarca en un acuerdo entre la Universidad de Sao Paulo, la Red Internacional del Instituto Pasteur y la brasileña Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) con apoyo financiero de la fundación de apoyo a la investigación de São Paulo, Fapesp./AFP