Coproducida por Steven Spielberg y Oprah Winfrey y protagonizada por la oscarizada británica Helen Mirren, la comedia "Un viaje de 10 metros" muestra la cocina como un choque de culturas y un punto de encuentro.
La película, basada en la novela de Richard Morais "Un viaje de diez metros" (Seix Barral) y dirigida por Lasse Hallström, se estrena este viernes en Estados Unidos y aparecerá a lo largo de este mes en las taquillas latinoamericanas.
Bajo el título original "The Hundred-Foot Journey", la comedia cuenta la historia de una familia de cocineros de India cuyo restaurante se incendia en un ataque islamófobo y decide emigrar.
Tras una parada en Londres, donde el protagonista, el joven chef Hassan (Manish Dayan) decide que "las verduras no tienen alma", la familia resuelve mudarse a un poblado francés de tarjeta postal: Saint-Antonin.
Allí abren un nuevo restaurante, "Maison Mumbai", justo frente al "Saule Pleureur", un local con una estrella Michelin dirigido por la estirada Madame Mallory (Helen Mirren).
Entre palomas asadas y pollos tandoori, nace un duelo de civilizaciones con las tensiones raciales en Francia como telón de fondo.
La película sigue la misma receta que "Chocolate" (2000), la cinta hasta ahora más taquillera de Hallstöm, también autor de "¿A quién ama Gilbert Grape?", el drama de 1993 que le valió a Leonardo DiCaprio la primera de sus cinco nominaciones al Óscar.
Mientras la cinta distribuida por Disney desarrolla su trama, va infundiendo en los espectadores el deseo de irse de vacaciones a los Pirineos y les hará salivar ante un despliegue de especias exóticas, tartaletas y carne bourguignon rociada en cardamomo. Todo, con una musicalización que va de la Marsellesa a la música bhangra.
Entre bandejas de aperitivos y picnics bajo el Sol, la cinta no parece aprovechar del todo el carisma de sus intérpretes, aunque su diálogo a menudo es muy divertido --pero convencional.
Helen Mirren parodia maravillosamente a la anciana francesa imbuida por sus tradiciones ("Aquí la cocina no es un matrimonio viejo y cansado, es un apasionado romance") y bastante arrogante ("Si su cocina se parece a su música, le sugiero que le baje el volumen").
"La película es una declaración de amor a Francia", dijo a la AFP la coproductora Juliet Blake.
"No es sólo una historia sobre la comida, sino sobre la gente sentada alrededor de la mesa. Cocinar es un gran igualador, puede cruzar fronteras y culturas (...) Todos somos inmigrantes. Si no en nuestra generación, en alguna previa a nosotros", agregó.
Tras haber descubierto y adorado el libro, Blake compró los derechos y propuso su proyecto a la reina de la televisión estadounidense Oprah Winfrey --quien se subió al barco-- y finalmente a Dreamworks, la productora de Steven Spielberg.
"Steven se involucró mucho en la película, sobre todo en el elenco", contó la coproductora. "Fue él quien sugirió que Manish Dayal lo interpretara Hassan".