VISTA por muchos como propia de abuelos y ascensores, la música clásica está experimentando un rejuvenecimiento en Estados Unidos gracias a una de sus estrellas más apasionadas, Chloe Flower, una pianista que está casando el género con el pop y el rap.
La artista de 33 años saltó a la fama a principios de este año tras su conspicua presentación en los Grammy junto a la reina del rap Cardi B, quien se retorcía sobre su piano de cristales de Liberace interpretando el éxito "Money" mientras Flower, vestida de gala, golpeaba estruendosamente las teclas.
"Estaba tan asustada. Una galleta de la fortuna que había tomado la noche anterior decía 'Si no tomas un gran riesgo, no tendrás recompensas'", dice la pianista a AFP en su apartamento de Manhattan, que exhibe impresionantes vistas, una lujosa alfombra de piel de oveja y otro de los famosos pianos de Liberace -sinónimo de kitsch y extravagante- prestado por su fundación a Flower.
Tras su chispeante presentación en la gran noche de la música estadounidense, la egresada de la prestigiosa academia Juilliard de música, teatro y danza de Nueva York ganó miles de seguidores en redes sociales...y un contrato con Sony Music.
No era sin embargo su primera colaboración con el mundo del pop o el hip hop: en 2010 firmó un contrato con el famoso productor de R&B Babyface, quien le enseñó cómo usar software -como hacen los artistas de rap y R&B- para componer arreglos para cuerdas y percusión que pudiesen acompañar sus notas de piano.
Desde entonces ha trabajado con Celine Dion, y los raperos Nas y 2 Chainz.
"Es un camino que no es normal", dice. "No es como que hay muchos pianistas clásicos tocando un piano de vidrio con ritmos de hip hop, ¿no? O produciendo hip hop de Bach".
Pero la unión de lo clásico con el rap siempre fue natural, asegura, confesando sus gustos por la percusión y el baile.
"Siempre sentí que no había una razón por la que no debía combinar los dos, y cuando lo hice, me di cuenta de que mucha gente que no necesariamente escucha música clásica me escribía: 'Oh, dios mío, estaba escuchando las estaciones de música clásica por ti'".
"Despacito" a lo clásico
Para Flower, la reputación de la música clásica como vetusta -uno de sus amigos compara la célebre sala neoyorquina Carnegie Hall con "la sala de espera de Dios"- es un problema de "embalaje".
"Lo que tenemos que hacer como instrumentalistas y artistas, y no solamente en el piano, sino también en el violín, la flauta y el violonchelo, es realmente pensar en nuestra música de una manera moderna", dice.
Usa Instagram -donde Cardi B la descubrió-, para promocionar su trabajo y su carrera, publicando videos de ella adaptando éxitos como "Thank U, Next" de Ariana Grande y "Despacito" del puertorriqueño Luis Fonsi, u obras más tradicionales como los "Nocturnos" de Frederic Chopin.
Cuando está frente al piano, Flower presta mucha atención a su atuendo: trajes de diseñador y tacones altos.
"La moda tiene un papel muy, muy importante en mis presentaciones", dice, haciendo ver su vestido del día: una brillante falda Balenciaga azul y zarcillos Gucci.
"Mi música es puramente instrumental. No hay letras, así que tengo que encontrar maneras diferentes de expresarme".
"Mi estilo representa mi personalidad pero también quién soy como artista".
Hacer la música accesible
Con un álbum en camino, Flower por primera vez en su carrera acaba de sacar un videoclip, de su sencillo "Get What U Get", que muestra su estilo energético.
Pero aunque su imagen se incline hacia el pop, siempre se asegura de incluir elementos de la música clásica en su trabajo.
"Parte de la razón por la que niños y adultos no entienden o no les importa la música clásica es porque no la reconocen", afirma. "La gente piensa que sin letras, no pueden realmente entender la música o conectarse".
Pero "puedes agregar elementos que la hagan más accesible, que para mí fueron las percusiones".
"Solo hace falta más gente como yo, más instrumentalistas", dice Flower, con una gran sonrisa.