Entre un traidor consciente de sus actos y un héroe idealista e ingenuo: desde la apertura del proceso contra el joven soldado estadounidense Bradley Manning este lunes ante una corte marcial en una base militar de Fort Meade, cerca de Washington, el gobierno y la defensa dan perfiles totalmente opuestos de este militar célebre por sus filtraciones de documentos clasificados más importantes de la historia de Estados Unidos.
Delgado y de rostro adolescente, el joven de 25 años comenzó a comparecer hacia las 09H45 (13H45 GMT) ante la jueza militar Denise Lind.
Desde el comienzo mismo, Manning confirmó que aceptaba 10 de las 22 acusaciones en su contra. Sentado al lado de su abogado, David Coombs, se limitó a responder "Sí, señora" a la jueza cuando ésta le preguntó si quería "mantener su declaración de culpabilidad".
El exsoldado de primera clase --el grado más bajo del Ejército estadounidense-- ya reconoció haber cargado y entregado al sitio de internet WikiLeaks miles de informes militares secretos y comunicaciones del departamento de Estado.
Sin embargo, niega haber querido "perjudicar" a Estados Unidos, como afirma la acusación, y declara haber intentado "provocar un debate público" sobre las guerras en Irak y Afganistán.
El gobierno de Estados Unidos sostiene, en cambio, que el exsoldado puso a Estados Unidos "a sabiendas" en peligro al divulgar esos documentos secretos, a los que había tenido acceso por sus funciones de analista de inteligencia en Irak entre noviembre de 2009 y mayo de 2010, cuando fue detenido.
"Es el caso de un soldado que se hizo con decenas de miles de documentos de bases de datos confidenciales y las puso en manos" del sitio WikiLeaks, sabiendo que serían accesibles al enemigo, dijo el fiscal militar.
"Las pruebas mostrarán que conocía las consecuencias de sus actos", cuando transmitió esas informaciones "de manera repetida", insistió.
Dijo que un miembro del comando que participó en la operación contra el búnker de Osama bin Laden en mayo de 2011, mostraría que el líder de Al Qaida "había pedido y recibido los informes sobre Afganistán" entregados por Manning.
Antes de una pausa matinal en la audiencia, Manning también respondió con un "Sí, señora" cuando la coronel Lind le preguntó si seguía queriendo ser "juzgado por un solo magistrado militar" y no por un jurado.
"Joven, ingenuo y bien intencionado"
Recurriendo a un registro emocional, el abogado David Coombs, dibujó el retrato de un "humanista" de 22 años, que llegó "entusiasmado" a Irak cuando súbitamente se vio "sacudido" al ver cómo un coche lleno de civiles explotaba frente a sus ojos al borde de la ruta un 24 de diciembre de 2009.
"Comenzó así una batalla interior, quería hacer algo diferente en ese mundo", dijo el abogado civil, con voz suave, a veces casi inaudible. También mencionó "el combate interior y privado" de Manning y su identidad sexual.
En ese contexto el joven soldado se topó con el video de los atropellos de un helicóptero de combate estadounidense contra civiles iraquíes, que el soldado reconoció haber divulgado, porque le "provocaron horror". Y otro tanto con el video de una carnicería de unos 150 civiles, niños y mujeres incluidos, en un pueblo de Afganistán.
"Joven, ingenuo y bien intencionado", agregó el defensor para referirse a su cliente, que "creía necesario que esas informaciones se hicieran públicas", sabiendo que "no podían ser utilizadas contra Estados Unidos, que no podían ser utilizadas por Estados extranjeros".
El juicio contra Manning tiene una gran repercusión, en momentos en que el gobierno de Barack Obama recibe críticas por su ofensiva contra las fugas de información sensible a la prensa, tras el registro de conversaciones telefónicas de periodistas de la agencia Associated Press y Fox News.
El gran ausente de este caso es el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, a la espera de un salvoconducto para viajar a Quito, que Gran Bretaña se niega a otorgarle. En un editorial de The New York Times publicado el domingo, Assange recordó que el departamento de Justicia estaba en su "tercer año de investigación penal continuada contra WikiLeaks".
Los debates, que durarán hasta el 23 de agosto, se abren tres años después de la detención de Manning en Irak. Encarcelado desde entonces, pasó nueve meses en total aislamiento en la prisión militar de Quantico, en Virginia.
Su abogado, David Coombs, denunció "el ritmo de caracol" del proceso y pidió que se abandonen los cargos debido a las condiciones de detención en Quantico, que el relator de la ONU sobre la Tortura había calificado de "crueles, inhumanas y degradantes". La coronel Denise Lind le otorgó por eso una reducción de cuatro meses de pena, de los 154 años a los que puede ser condenado.