A imagen de Fendi, Versace o Missoni, las grandes casas de moda se imponen ahora como actores de pleno derecho en el Salón del Mueble de Milán, con lujosas líneas inspiradas en sus universos creativos, que representan para algunos una parte nada despreciable de su facturación.
Esta feria, conocida como la meca del diseño donde se esperan hasta el domingo unos 300.000 visitantes de 165 países, creó este año una pabellón dedicado especialmente al lujo, el "XLux".
Dentro, junto a marcas tradicionales de mobiliario, varias grandes casas de moda presentan una parte menos conocida de su actividad: sus colecciones destinadas a la casa.
"Presenciamos una aceleración de todo lo que concierne la distribución de los apartamentos, hoteles, oficinas de alta y muy alta gama", y un interés por "piezas bastante únicas y (con) presupuestos casi ilimitados", explica a la AFP Jean-Paul Bath, director de la asociación francesa VIA (Valorización de la Innovación en el Mobiliario).
"Las grandes casas de moda se posicionan en este mercado, el vínculo se hace de forma bastante natural porque se trata de la misma clientela" que compra sus colecciones de ropa, agrega Bath. Una demanda que viene sobre todo de Asia, Rusia y las monarquías del Golfo.
Para estas marcas, la idea es ofrecer un universo completo. Algunas de ellas proponen un gama muy amplia, que puede ir hasta las cocinas, como Fendi, que empezó en 1987 a diseñarlas pensando en "la idea de vestir" estos espacios de la misma manera que sus colecciones.
La mayoría de marcas no precisan la evolución de las cifras económicas de la línea de interiores y qué peso tiene el sector en el grupo.
Armani no obstante anunció esta semana que las ventas de Armani Casa (56 tiendas) habían progresado en un 11% el año pasado, gracias especialmente a su actividad de "diseño de interiores" que representa el 42% de los ingresos en esta división.
- Artesanos del arte -
En Missoni, su división Home, famosa por su increíble paleta de colores, representa el 20% de los ingresos de la empresa.
La aventura empezó a principios de los años 80 cuando, durante una fiesta, Rosita Missoni puso una tela de punto sobre un diván, explica su hermano Alberto Jelmini, cuya empresa T&J Vestor se encarga de la confección: "Era muy bonito, nos dijimos '¿por qué no lo hacemos en serio?"
La marca, que fue extendiendo su gama, se consolidó en 1997 cuando Rosita dejó las riendas de la casa de moda a su hija. La colección posee el "espíritu Missoni": "Puedo inspirarme en los archivos o en las colecciones actuales, somos libres para adaptarlas", confía Rosita a la AFP.
Una parte de las casas de moda ha establecido acuerdos con fabricantes especializados, con tal de garantizar una calidad artesanal.
Roberto Cavalli, que se inició en el mercado en el 2011, acaba de anunciar un nuevo acuerdo de licencia con La Murrina, cristalería de Murano en Venecia, que diseñará para él las lámparas y los espejos.
Versace en cambio decidió que toda su gama Home estaría hecha de forma "interna" para controlar mejor el proceso, "una etapa lógica en la estrategia de crecimiento", según su consejero delegado, Gian Giacomo Ferraris.
Para asegurar su éxito, las casas de moda, posicionadas en un "mercado de nicho (...) muy volátil", tienen que efectuar un profundo "trabajo sobre la marca" con "una línea que sea visible, constante, siempre creativa y propia", según Bath.
Es el caso de Hermès que, desde hace más de un siglo, propone una colección de interiores donde hace uso de las habilidades de la marca, fundada en 1837. Según la directora general de Hermès Maison, Hélène Dubrule, esto permite que la marca se "arraigue" en la "intimidad" de los clientes, desde el guadarropa hasta el salón.