Por: Miguel Camacho*
Especial para EL NUEVO SIGLO
Nada parece más complejo que convertir en realidad la fantasía, únicamente el arte puede acometer una empresa tan audaz y tan sensible. Arquitectura, pintura, escultura, literatura, cine, teatro y, por supuesto, música son los caminos ideales para que lo impensado, lo sorprendente y lo poético surja con toda su fuerza ante los ojos de los espectadores.
La octava edición del Festival Internacional de música de Cartagena abre la programación cultural de Colombia en este mes de enero, y lo hace dibujando la aventura feliz de volver a la vida las fábulas que moldearon la imaginación y la creatividad en cuentos, narraciones, canciones y relatos: Los personajes de la Comedia del Arte o commedia all'improviso como se conoció en sus inicios; la historia del soldado; Ma mére l’Oye; Pedro y el Lobo y el Preludio a la siesta de un fauno, abren, en las partituras de la Orquesta de Cámara Orpheus, las páginas de un libro de cuentos que se completa con intérpretes igualmente importantes en la ejecución de El Carnaval de los animales, Petrushka y el ambicioso montaje de La Cenicienta, relato medular de todas las infancias.
Más allá de los límites clásicos que impone el Festival por su naturaleza, otras músicas, las del Nuevo Mundo, más afines con nuestra identidad, se harán presentes como cuando, en ediciones anteriores del festival tuvimos la fortuna de asistir a esa Pasión memorable de Golijov, o a las versiones de Piazzolla de que hizo gala la bella arpista María Luisa Rayán, quien estrenó también una obra colombiana en homenaje a Joe Arroyo.
América resonará otra vez, como lo hiciera el año anterior, en cuatro funciones dedicadas a programas provenientes de Brasil, Argentina y Colombia.
Vendrán obras e intérpretes como Sergio y Odair Assad, dueto de guitarras que dibuja un espíritu que funde el ancestro percusivo y vocal de los africanos, las identidades indígenas de la selva amazónica, tan llena de tonadas como de pájaros y las lecciones eruditas de una música heredada de Europa por vía portuguesa.
También de Brasil, Carlos Althier de Souza Lemos Escobar, Guinga. Carioca nacido en la mitad del siglo XX, es un guitarrista que se acercó a su instrumento de manera intuitiva; ha acompañado a personajes muy conocidos de la música popular brasileña; músicas y canciones suyas han sido interpretadas por Elis Regina, Michel Legrand, Sergio Mendes, Leila Pinheiro y Chico Buarque entre otros. La colaboración del Guinga con el Quinteto Villa-Lobos se ha materializado en el reciente lanzamiento del álbum “Rasgando Seda: Guinga + Quinteto Villa-Lobos”. En Cartagena, además de composiciones propias, presentarán obras de Sergio Natureza, Aldir Blanc, Simone Guimaraes y Paulo César Pinheiro.
“Ella llora con una rueda en la garganta
Que gira contra el deseo
Y con restos de oscuras órdenes...”
A un poeta lo presentarán siempre sus versos. La presencia de la poesía de Juan Gelman es la irrupción de la literatura en medio de la escena musical. Sus poemas, que no prescinden a veces del humor, y que serán leídos por el poeta Juan Manuel Roca, se alimentan de un espíritu militante. Roca, acompañado por el bandoneísta, compositor y arreglista Rodolfo Mederos, y su trío argentino, presentarán el recital denominado “Del Amor”, selección de textos del poeta.
El Cuarteto de Cuerdas Manolov está establecido como una de las agrupaciones de cámara más importantes de Colombia; radicado en Bogotá, abarca distintos períodos históricos, estilos y a menudo combina lo clásico con versiones del rock o del folclor colombiano. Con el cuarteto se presentará Rony Therán, percusionista cartagenero que tuvo la oportunidad de tocar con músicos como Soraya, Fonseca, Cheo Feliciano y Petrona Martínez entre otros. Su talento aparece en las producciones de varios de nuestros músicos populares. “Aires de mi tierra” será el montaje que presentará, con el cuarteto, de regreso a su ciudad natal.
*Periodista de cultura. Emisora HJCK y Señal Radio