El trágico encadenamiento de los destinos de Carmen y José es el tema central de la inolvidable obra maestra de la ópera Carmen de Bizet, la cual se presentará en el Teatro Mayor del 10 al 19 de febrero.
Esta pieza es uno de los títulos más emblemáticos de la ópera de todos los tiempos. Muchas son las versiones realizadas en los mejores teatros de ópera de todo el mundo. La que se presentará en el Teatro Mayor es la visión, siempre controvertida y actual, realizada por el director español Calixto Bieito.
Este montaje, producido por Ópera Zuid de Holanda y Festival San Lorenzo de El Escorial de España, fue estrenado en el Festival del Castell de Perelada (Girona), y ha sido retomado en varias ocasiones por el director, la última vez en la Temporada 2011 del Teatro del Liceo de Barcelona.
Esta es una Carmen lejos de los tópicos románticos y en una actualidad atemporal e internacional. Después de haber sido mostrada en los más importantes teatros de Europa, esta es la primera ocasión que llega a América Latina.
La representación de esta célebre obra de Georges Bizet Bieito la ha hecho con una versión que huye de los tópicos españoles recurrentes en los montajes de la ópera que él dirige escénicamente, con la participación de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia y protagonizad por Jossie Pérez y Enrique Ferrer.
En esta obra La fábrica de tabacos de Sevilla, el tercio de dragones del siglo XIX y los bandoleros en la sierra de Ronda que se describen en el libreto han sido sustituidos por Calixto Bieito en el escenario del Teatro Mayor por contrabandistas de la década de 1970, un regimiento de legionarios, viejos Mercedes donde cargar el contrabando y una enorme silueta del toro de Osborne que preside el escenario.
La acción se sitúa en la frontera entre Ceuta y Marruecos, a donde viajó el director de escena con su equipo para inspirarse. "Una Carmen española, gitana, miserable, violenta y universal", según ABC de España.
La obra original
La obra introduce al público en el ambiente y en el drama. En éste predominan tres temas, que son siempre de una gran plasticidad. Primero un motivo animado y brillante, soberbio y luminoso como el cielo de Sevilla. Pocas veces se ha compuesto una música más clara, la cual hace recordar el preludio entre los protagonistas.
Los compases introductorios de Carmen parecen estar con ambos pies en una plaza de Sevilla abarrotada de una alegre multitud, por tal razón para la pieza musical utilizaron la Séptima Sinfonía Beethoven y la Sinfonía Italiana de Mendelssohn.
El segundo tema es triunfal y ostentoso: perteneció al torero Escamillo. No es culpa de Bizet que se haya vuelto tan popular, que se haya citado miles de veces y que por ello mismo haya estado en peligro de gastarse. Nadie que lo oiga una sola vez, bien cantado e interpretado, podrá sustraerse a su majestuosa fuerza.
El tercer tema corresponde a Carmen o, si se quiere, al trágico encadenamiento de los destinos de Carmen y José. Es el motivo de la muerte, que significa el final inevitable de esa pasión. A quien haya visto en Carmen a una mujer frívola o malvada, le bastará este tema para desengañarse.