Seis meses después de los atentados de París, en un país en estado de emergencia, el Festival de Cannes tendrá lugar del 11 al 22 de mayo bajo un dispositivo de seguridad "máximo" aunque discreto para no aguar la fiesta mundial del cine.
El ministro francés del Interior Bernard Cazeneuve que inspeccionará el dispositivo en vísperas de la inauguración el 11 de mayo, prometió que el evento estará dotado de "el mayor nivel de seguridad posible, dado el contexto de amenaza terrorista que todos conocen".
Para esta edición 2016, el alcalde de Cannes David Lisnard evocó "medidas de control adicional, en particular revisaciones aleatorias en todos los barrios de Cannes".
"Se adoptaron todas las medidas para que el acontecimiento sea a la vez seguro y popular", insiste.
Para preparar a las fuerzas del orden al peor escenario de un atentado terrorista, la ciudad de Cannes realizó el mes pasado la simulación de un ataque: la explosión de un coche bomba frente a una escuela simultáneamente a la llegada de cuatro terroristas en una sala de cine del Palacio de Festivales donde había 180 figurantes.
El ejercicio permitió detectar fallas en la coordinación, según el prefecto Philippe Castanet.
La ciudad de Cannes, destino turístico internacional con dos millones de visitantes por año, decidió dotarse de un "plan comunal de prevención del riesgo terrorista" inédito en Francia, según su alcalde.
Cuatro expertos, incluyendo un responsable antiterrorista israelí, realizaron una auditoría para analizar las vulnerabilidades de la ciudad.
Mientras tanto, el dispositivo previsto se pondrá en marcha esta semana para un festival muy mediatizado potencialmente blanco de atentados.
- Burbuja de seguridad en la alfombra roja -
La edición 2015 se desarrolló cuatro meses después de los atentados contra Charlie Hebdo y un supermercado kósher, perpetrados por tres jihadistas (17 muertos).
El año pasado, el contexto había impuesto "un dispositivo de seguridad superior al del año anterior", explicó el prefecto de los Alpes Marítimos Adolphe Colrat. El mismo incluyó por primera vez un centro de comando único para todas las fuerzas del orden.
La seguridad de los sitios de internet del Festival de Cannes fue reforzada para evitar la intrusión de hackers. Las redes sociales, con sus llamados a concentraciones públicas, se monitorearon desde París.
Se estableció una zona marítima de seguridad, se prohibió el sobrevuelo por drones y los grandes ejes de salida de las autopistas y del aeropuerto de Niza se colocaron bajo alta vigilancia.
La nueva edición de 2016 tendrá lugar tras los atentados del 13 de noviembre en París y Saint-Denis (130 muertos) y los del 22 de marzo en Bruselas (32 muertos).
La envergadura del plan de seguridad, cuyos efectivos se mantienen en secreto, parece haber aumentado.
Para las fuerzas del orden, Cannes y sus festividades significan once largos días vigilando a una multitud densa, potencialmente peligrosa para las personalidades que pasan por la alfombra roja, protegidas como cada año por una "burbuja impenetrable" alrededor del Palacio de Festivales.
Unas 500 personas se encargan de la seguridad interna del Palacio y sus inmediaciones, a las que se suman fuerzas policiales y municipales.
Durante el festival, la población de Cannes se multiplica por tres, pasando a 210.000 personas con un pico de delincuencia en mayo. Al punto que a veces quitan protagonismo a las estrellas de Hollywood, como una desaparición de joyas en medio de la edición 2013 o un sonado asalto a la joyería Cartier justo antes de la edición 2015, con un botín de 17,5 millones de euros.