En una corrida caracterizada por la mansedumbre de los astados, el español Juan José Padilla, conocido como "el torero pirata", se ganó el aplauso de la plaza de Cañaveralejo, en la ciudad colombiana de Cali.
Padilla despertó la solidaridad y el aprecio de las gradas de la plaza, donde se celebró la quinta temporada de la Feria de Cali, por su entrega y coraje, aunque se le fue un toro vivo a los corrales.
El matador tuvo silencio en su primero, ovación tras tres avisos en el segundo (cuarto de la tarde) y dos orejas en el sobrero de regalo que sirvió de premio a su valentía y a la hidalguía de los tendidos.
El matador español perdió un ojo y un oído el 8 de octubre de 2011 cuando recibió una cornada en la plaza de toros La Misericordia de Zaragoza, en España, y desde entonces es reconocido porque se enfrenta a animales de media tonelada con un parche que cubre su cuenca izquierda.
En el cartel de la tarde también estuvieron el local Paco Perlaza, quien se quedó con dos orejas y palmas, y Miguel Ángel Perera, torero de Puebla del Prior, Badajoz, también español, al que se le concedió una oreja en su primero y silencio en el segundo.
Fue una tarde soleada en la que los astados de Fuentelapeña no estuvieron a la altura de los espectadores y los matadores, pero que sirvió para que Padilla regresara a una Cali que se rindió ante su ejemplo de vida./AFP