El gobierno alemán anunció este lunes que está buscando una solución amistosa en un litigio con Venezuela acerca de una roca sagrada de la comunidad indígena Pemón, expuesta en el principal parque de Berlín por iniciativa de un artista.
"El ministerio de Relaciones Exteriores (...) está intentando encontrar una solución amistosa que satisfaga a todas las partes, a saber, el Estado de Venezuela, el artista y también la ciudad de Berlín", indicó a la prensa el portavoz del ministerio, Andreas Peschke.
Sobre la base de las propuestas hechas por el ministerio, "se ha avanzado en cuestiones de fondo importantes (...) pero aún se necesitan negociaciones", añadió el portavoz.
A fines de mayo, Venezuela anunció que reclamaría a Alemania la restitución de la piedra, donada en 1998 por el entonces presidente venezolano Rafael Caldera a un artista alemán y expuesta actualmente en el parque Tiergarten de Berlín, el mayor de la capital alemana.
La roca Kueka (abuela, en lengua indígena), que pesa 30 toneladas, estuvo expuesta hasta el año 1998 en el Parque Nacional Canaima, en el sur de Venezuela, en una zona habitada por el pueblo Pemón, que la considera sagrada. Según la leyenda, es una anciana convertida en roca.
En 1998, en virtud de una donación del gobierno del presidente Rafael Caldera, la roca fue extraída por el artista alemán Wolfgang von Schwarzenfeld y transportada a Alemania, donde fue tallada, pulida y expuesta en el marco del proyecto Global Stone, un conjunto de rocas arqueológicas expuestas en el parque Tiergarten.
Von Schwarzenfeld indicó la semana pasada a la AFP que el presidente venezolano, Hugo Chávez, pidió la restitución de la piedra hace seis años basándose en argumentos falsos, como por ejemplo que fue robada.
"Para resolver el conflicto, hice la oferta siguiente al embajador (de Venezuela en Berlín): busco otra piedra, la trabajo y hacemos un intercambio", explicó el artista.
"Los costes serían a cargo de Venezuela (...) Mi propuesta no fue ni aceptada ni denegada. A día de hoy ha sido ignorada", agregó.
AFP