La Comisión Europea abrió una investigación sobre algunas prácticas comerciales de Amazon en la distribución de libros digitales, al sospechar que el gigante estadounidense abusa de su posición dominante para limitar la competencia.
La investigación concierne algunas cláusulas de los contratos que firma Amazon con las editoriales, que obligan a estas últimas a comunicar a la empresa estadounidense si ofrecen condiciones más favorables a sus competidores y a concederle ventajas similares.
El ejecutivo europeo teme que esos acuerdos limiten la competencia y supongan un abuso de posición dominante por parte de Amazon, el mayor distribuidor de libros digitales en Europa.
Las pesquisas se centrarán, en un primer momento, en los libros digitales en inglés y en alemán, que son los principales mercados para los libros electrónicos en Europa.
"Mi deber consiste en vigilar que los acuerdos cerrados por Amazon con editoriales no perjudiquen a los consumidores al impedir que otros distribuidores de libros electrónicos innoven y ejerzan una competencia efectiva contra Amazon", explicó la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, en un comunicado.
Amazon reaccionó a través de un comunicado, afirmando tener confianza en que "sus acuerdos con los editores son legales". "Estamos dispuestos a demostrárselo a la Comisión Europea con nuestra plena cooperación" en la investigación, agregó la empresa.
Amazon ya es blanco de la Comisión en otro asunto de Competencia, por recurrir a "tax rulings", un mecanismo legal que permite a empresas multinacionales reducir la imposición a sus ingresos mediante acuerdos con la administración fiscal de un país.
La Comisión sospecha que la compañía norteamericana de distribución por internet se benefició de ese régimen fiscal en Luxemburgo y que eso le proporcionó ventajas indebidas. Otras multinacionales como Fiat, Starbucks, Apple y McDonald's están siendo investigadas por el mismo motivo.
- Inflexibilidad -
Tras la apertura de la investigación, el gigante de Seattle anunció que declararía a partir de ahora sus ingresos en cuatro grandes países europeos, Reino Unido, Alemania, Italia y España, y más adelante en Francia, pero no en Luxemburgo.
El ejecutivo europeo también lanzó en marzo una amplia investigación sobre prácticas anticompetitivas en el sector del comercio electrónico en la Unión Europea, para intentar identificar los obstáculos que imponen las empresas al comercio transfronterizo.
Esa investigación abarcará tanto los bienes como los contenidos digitales, lo cual sitúa a Amazon y Google en primera línea.
Vestager, en el cargo desde noviembre de 2014, se ha granjeado en poco tiempo la reputación de inflexibilidad, amenazando con importantes multas tanto al gigante de internet estadounidense Google como al grupo ruso del gas Gazprom, acusados también de prácticas anticompetitivas.
En el pasado, Bruselas ya había investigado a empresas de distribución de libros digitales, al sospechar que Apple y cinco editoriales internacionales estaban acordando los precios de los libros electrónicos para limitar la competencia.
El caso se saldó con el compromiso de las empresas implicadas, en diciembre de 2012 y julio de 2013, de no pactar con Apple los precios de los libros digitales.
La Comisión recuerda que la investigación no tiene ningún plazo legal y que su duración dependerá de distintos elementos, incluida la complejidad del caso, el grado de cooperación de la empresa con la Comisión y el ejercicio del derecho a la defensa.