La Semana de la Moda de Sao Paulo (SPFW), el mayor evento de moda de América Latina, arrancó este lunes entre vestimentas de líneas rectas y femeninos abrigos de organza, expectante ante el adiós a las pasarelas de la supermodelo brasileña Gisele Bundchen.
Hasta el viernes, una treintena de creadores y marcas como Alexandre Herchcovitch, Ronaldo Fraga, Joao Pimenta, Ellus u Osklen presentarán sus propuestas en el enorme galpón que acoge este evento en un parque de la zona oeste de la ciudad de Sao Paulo, el corazón económico de Brasil.
En esta edición el SPFW cumple dos décadas, y será además emblemática porque sellará la despedida de las pasarelas de Gisele, que cerrará esa parte de su carrera para dedicar más tiempo a su familia.
De 34 años de edad, la maniquí debutó en los desfiles hace 20 años también cuando nacía la SPFW.
Residente en Estados Unidos con su marido Tom Brady - estrella del fútbol americano - y sus dos hijos, la modelo desfilará el miércoles por la noche para la marca Colcci, con la que ya participó en ediciones anteriores de la semana paulista.
Según publica la prensa brasileña, Bundchen estará acompañada por miembros de su familia, probablemente sus padres y sus cinco hermanas. Su marido e hijos no estaban confirmados.
De acuerdo a los reportes, la top brasileña también habría convidado a amigas del mundo del modelaje.
La SPFW tendrá además un invitado de honor: el lunes hacia el final de la tarde el ídolo del punk Iggy Pop será el encargado de quebrar un par de lentes gigantes dispuestos en el hall, invitado por la marca brasileña de anteojos Chili Beans.
Su 'acción' lanzará la colección Punk/Glam que esta marca de accesorios creó junto a Swarovski.
Los desfiles de la SPFW comenzaron con la marca Animale, que presentó una propuesta de verano muy limpia, con líneas rectas y colores neutros. Cinturas muy marcadas y abrigos de verano en organza dieron un toque femenino a una colección sin estridencias.
Por la tarde y hasta la noche se presentarán también las marcas Uma, PatBo y Cavalera, entre otras.
Esta edición de la SPFW se realiza en medio de un ambiente complejo para la economía brasileña, que creció apenas 0,1% en 2014 y anotó su cuarto año de virtual estancamiento.
El gigante sudamericano no despierta el entusiasmo de hace pocos años y eso también podría tocar a este segmento, muy volcado al mercado y el consumo interno.
"Nuestra industria es muy joven aún y estos veinte años son importantes porque, aún cuando Brasil está en un nuevo momento de crisis, aquí estamos en hablando de moda, haciendo la rueda girar", comentó a la AFP Paulo Borges, creador y director de este evento/AFP.