Bolivia: preparan fiesta del "Gran Poder" | El Nuevo Siglo
Viernes, 24 de Mayo de 2013

Miles de bolivianos preparan sus trajes para participar el sábado en la fiesta del Gran Poder, una de las celebraciones más populares del país, en la que prósperos empresarios indígenas muestran su fuerza económica con inversiones millonarias, en uno de los países más pobres de América Latina.

En la calle Los Andes, corazón del próspero comercio aymara de La Paz, artesanos de ropa trabajan contrarreloj para este sábado, día en que una multitud saldrá a las calles a bailar y celebrar al "Jesús de Gran Poder".

La festividad del "Gran Poder" (como se la conoce) es una celebración que compite en convocatoria con el Carnaval de Oruro (sur), casi con iguales simbologías religiosas, folclóricas y culturales, aunque la de La Paz tiene la particularidad de congregar a los más prósperos empresarios indígenas, que no pierden la oportunidad en este evento de hacer gala de su poderío económico.

En "Gran Poder" se concentran las clases altas indígena y criolla, "compuestas por grandes comerciantes, importadores de electrodomésticos y transportistas", explica a la AFP el Oficial Mayor de Promoción Económica de la alcaldía de La Paz, Francisco Valderrama, cuya oficina ha investigado la manifestación religiosa, cultural y folclórica.

"Toda esta actividad tiene un movimiento económico de millones de dólares", dijo el funcionario. Una buena parte generado por la venta de bebida alcohólica y comida, otro tanto por orfebrería (joyas de los bailarines), vestuario e indumentaria, detalló.

Los "pasantes", una suerte de "padrino", que suelen financiar las actividades de cada grupo de la "Morenada", "suele gastar unos 43.000 dólares, para pagar bandas, alquilar locales de fiestas o pagar parte de la vestimenta", señaló.

Aparte, cada danzarín "invierte unos 2.000 dólares" para su ropa de baile o pago de cuotas para participar del grupo.

"Es un evento que demuestra el poder económico (del empresariado indígena), la presencia de un sector social que ha estado postergado, siempre marginado, invisibilizado en la sociedad de La Paz", indicó.

Cruel paradoja

La danza de miles de dólares es una cruel paradoja en un país en el que los índices de desarrollo humano son aún bajos, con una tasa de mortalidad infantil en menores de cinco años, de 51 por cada 1.000 nacidos vivos, la segunda más alta de la región, después de Haití, según Unicef.

Hasta hace poco más de un año, un 49% de la población de Bolivia vivía con un grado de pobreza moderada y el 28% en nivel de extrema pobreza, según cifras del Banco Mundial (2011).

En la escarpada ladera oeste de La Paz, en los barrios altos donde viven comerciantes ricos y obreros pobres, están afincados los talleres de artesanos que trabajan a todo vapor, para poder entregar a tiempo los disfraces.

"Trabajamos desde las 6 de la mañana hasta la medianoche para terminar con 150 pares de botas", dice a la AFP José Luis Miranda, zapatero de 25 años de edad y con 10 en el oficio.

En la misma calle se fabrican "máscaras de dos kilos para la 'Morenada' (danza), que se lucirán en la 'entrada' (desfile)", dice el artesano Saturnino Ibáñez, de 67 años, quien aprendió de su abuelo y está en la actividad "desde hace 50 años".

Las máscaras, elaboradas de metal y adornadas con lentejuelas y telas multicolores, son figuras grotescas que representan demonios o capataces que explotaban a los indígenas durante la colonia española. Cada una tiene un costo equivalente a 100 dólares y es sólo una parte minúscula del gasto que realizan los bailarines.

La "Morenada", que recrea el trabajo de esclavos negros, es el baile principal de esta festividad dominada por comerciantes aymaras y mestizos, en su mayor parte importadores de electrodomésticos y transportistas, y cuyos ancestros nacieron en el barrio donde está la capilla de "Jesús de Gran Poder", expuesto en un lienzo que data de la época colonial.

Diversión, identidad, religiosidad

Por su atractivo, este desfile originariamente indígena y mestizo, se ha masificado y extendido en los últimos años a otros segmentos de la clase media de la sociedad boliviana.

Unos 27.000 bailarines participan en 65 grupos de danza que recorren 7 kilómetros de la ciudad de La Paz observados por unos 300.000 a 400.000 espectadores residentes y turistas.

El motivo central de la fiesta es la adoración de una imagen de Jesús, a quien los vecinos del lugar le agradecen su prosperidad económica, explica a la AFP el historiador y profesor universitario, Fernando Cajías, miembro además desde hace 26 años del grupo "Llamerada (de la universidad) San Andrés".

Además, "en la fiesta uno vive todos los lenguajes: hay un componente religioso, también hay un refuerzo de identidad, pues las mujeres bailan con sus vestimentas cotidianas, las más lujosas. Y por supuesto, también está muy presente la diversión", afirmó.

La festividad comenzó en la década del 20 del siglo pasado en el barrio del Gran Poder, a 1,5 km del centro de La Paz, cuando los comerciantes indígenas le atribuyeron a la imagen beneficios económicos. Los bailes recuperan además otras danzas nativas como la "Kullawada", que representa a los hiladores, "Llamerada", de los criadores de llamas y vicuñas, o "Diablada", que recrea la lucha entre Satanás y el Arcángel Gabriel.

Las danzas están acompañadas por instrumentos musicales nativos, principalmente de viento, como "zampoñas o quenas", mientras que las más vistosas, como la "Morenada", están acompañadas de trompetas, trombones y tubas, junto a platillos y bombos, con aires de ritmo africano.

AFP.