“¡Vamos a darles la posibilidad de sumergirse en el medio de la acción, en algo que jamás habrán visto!”: el coreógrafo francés Kader Belarbi ofrece una “primicia mundial” al introducir la realidad virtual en “Toulouse-Lautrec”, su nuevo ballet.
Con este espectáculo que abre la temporada en el teatro del Capitole de Toulouse (sudoeste de Francia), hasta el 23 de este mes, el antiguo bailarín estrella de la Ópera de París innova con una tecnología de punta “que permitirá al espectador proyectarse al escenario”, con su casco de realidad virtual.
“Añadimos un 'anexo' al espectáculo, un suplemento que aporta una nueva mirada. La del pintor”, explica Kader Belarbi, quien dirige la Ópera de Toulouse desde hace una década.
Belarbi confiesa que, antes que la danza, la pintura fue su primera pasión. Durante el tiempo suspendido por la pandemia dibujó mucho para pulir su creación sobre la vida y la obra de Toulouse-Lautrec, nacido en Albi (sudoeste) y que encarnó el “alma de Montmartre”.
Inmersión en la intimidad
“La pintura y la danza son dos artes vinculados (...)”, explica. En cada una de las seis representaciones previstas en el Capitole, medio centenar de espectadores pueden, previo pago de 73 dólares, ver una decena de escenas de dos minutos en 3D mediante cascos de realidad virtual (VR), “donde es Lautrec el que mira”.
Pueden así surgir “en medio del escenario”, entre las bailarinas, cruzar su mirada, e ilusionarse con una inédita complicidad.
“Toulouse-Lautrec es un verdadero hedonista, un observador del alma humana. Vivió tres años en un prostíbulo. La proximidad con la realidad virtual es realmente paralela con lo que vivió el pintor”, afirmó Belarbi.
“Hemos captado una imagen a 360° con ocho cámaras, más una en el cielo. Luego, hacemos una labor de costura en posproducción, de modo que cada secuencia de VR crea una esfera (de imágenes) en torno al espectador”, explicó Luc Riolon, uno de los maestros franceses del documental sobre la danza.
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Complejidad tecnológica
“Cuando se filma la danza, uno tiene siempre ganas de estar lo más cerca de los bailarines. Aquí, transformamos al espectador en voyeur, exactamente lo que era Toulouse-Lautrec”, aseguró.
Esta complejidad tecnológica no ha desestabilizado a la bailarina estrella, Natalia de Froberville. “Con la realidad virtual, hay que prestar más atención al espacio”, dijo, y explicó que no hay que salirse del campo de ninguna de las cámaras.
“El cancán es algo nuevo para mí. ¡Puro fuego! ¡Champán!”, dice la estrella rusa que interpreta a Jane Avril, ícono del cancán y del Moulin Rouge, que era llamada Jane la folle (la loca) o La mélinite.
De esta experiencia, la bailarina clásica retiene “la emoción del espectáculo vivo”, que evoca el universo de Lautrec, los colores rojizos de las pelucas, el erotismo de los atuendos de los cabarets y la elegante ropa interior magnificada por el diseñador de vestuario Olivier Bériot.
Este espectáculo sumerge al ballet en la energía de la Belle Époque, al son de los endiablados ritmos del cancán y la java. Con esta tecnología de la imagen al servicio de la emoción, algunos espectadores pueden entrar en la intimidad del pintor y cruzar la mirada de Jane Avril, su musa.
Una proeza posible gracias a la “camara Z CAM V1, única en Europa. La otra está en la Estación Espacial con el astronauta francés Thomas Pesquet”, precisa el realizador Luc Riolon.
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Grandes hitos en las artes
Pero la danza no es el único arte al cual la realidad virtual ha conquistado, ya que desde hace algunos años, especialmente desde el 2020 con la llegada de la pandemia, esta tecnología ha sido una herramienta clave para mantener viva la cultura del mundo en medio de restricciones que provocó la emergencia sanitaria.
El arte con su oferta en exposiciones y performances ha sido una de las disciplinas que acogió las bondades de la realidad virtual. La llegada de esta herramienta permitió que durante los confinamientos y tiempos de restricciones las personas pudieran visitar el Louvre de París, el Museo de Arte Moderno de Nueva York o el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá (MAC) desde la comodidad de sus casas y así seguir disfrutando del talento de los más grandes artistas nacionales e internacionales.
En Colombia, además de visitar el MAC, se podrá hacer un recorrido en 360 grados en la galería Beatriz Esguerra Arte por sus diversas muestras cada mes, así como también los ciudadanos conocerán las colecciones del Museo Nacional de Colombia que alberga en algunas de sus salas.
Así mismo, la música decidió apostarle a la realidad virtual. Ejemplo de ello, fue la celebración del primer Día de Rock con esta tecnología, en la edición 2020, en la que a través de una experiencia inmersiva y sonora los melómanos pudieron disfrutar de las propuestas musicales de 23 bandas de larga trayectoria, como Aterciopelados, Los PettitFellas, The Mills, Superlitio, Kraken, así como de artistas emergentes.
La danza ahora será el arte que conquistará la realidad virtual, así como el teatro y el circo lo hicieron con grandes compañías. Es el caso del Cirque Du Soleil, que luego de caminar sobre la cuerda floja debido a la crisis económica que generó la pandemia, ideó una experiencia dedicada a su público con un espacio en su página web, donde los visitantes pudieron conocer el lugar donde ensayaba la agrupación y divertirse con una selección de espectáculos en los que el público podía subir al escenario junto a los artistas.
Con este nuevo hito de la realidad virtual en la danza, creadores y bailarines del mundo serán artífices de espectáculos inmersivos a gran escala, creando una nueva era de este arte para disfrutarlo en otras dimensiones.