Florian Zeller estaba convencido de que nadie más que Anthony Hopkins podía hacer el filme con el que debutaría como director. Y con eso en mente, adaptó el guion de su obra teatral “El padre” para la gran pantalla.
“Escribí el guion para él, era el deseo, el sueño”, dijo el realizador francés a la AFP. “Hasta que me dijera que no era posible, seguía siendo posible”.
Cambió el nombre del personaje principal y su fecha de nacimiento para que coincidieran con las de su protagonista soñado. A sus 82 años, Hopkins aceptó el papel con el que, según varios expertos, se ganará su sexta nominación al Óscar, que se celebra en siete meses.
Junto a Hopkins, ganador del premio de la Academia en 1982 por “El silencio de los inocentes”, estará la también oscarizada Olivia Colman en el papel de su hija.
Este desgarrador drama, que contiene elementos de thriller y terror, lleva al espectador a un viaje deliberadamente desorientador dentro de la mente de Hopkins.
Los miembros de la familia se vuelven irreconocibles, y extraños demasiado familiares aparecen inexplicablemente en su propio y lujoso apartamento de Londres, que parece moverse ante sus ojos.
“Él es muy conocido por las partes en las que siempre tiene el control de todo”, dijo Zeller sobre Hopkins.
“Pensé que sería poderoso ver a esa misma persona empezando a perder el control, en una forma de dejar ir lo que sabemos de él, este rostro de Hannibal Lecter”.
“Llorando en el set”
La película se proyectó en el festival de cine de Toronto la semana pasada después de excelentes críticas tras su estreno en Sundance, durante enero.
Está previsto que Sony Pictures Classics la estrene para diciembre en Estados Unidos, mientras que se espera en Argentina y otros países de América Latina, para enero.
A siete meses de los Óscar, la actuación de Hopkins ya es vista por muchos como una apuesta segura para una sexta nominación de los premios de la Academia.
A medida que se revela la naturaleza de su condición, Hopkins recurre a una sorprendente gama de emociones, desde la paranoia y la ira, hasta la desesperación y el colapso emocional.
“Es el maestro del subtexto”, destacó Zeller. “Siempre he admirado la forma en que usa las palabras, para crear peligro o ansiedad”.
El actor galés ha dicho que se concentró en su propia mortalidad para interpretar el papel.
“Anthony es un actor muy instintivo, en cierto modo utiliza sus instintos más que cualquier otra cosa, por lo que muchas veces las primeras tomas fueron mejores”, dijo Zeller.
"Es como magia, en cierto modo... Todos estábamos llorando en el set".
“Fragilidad de la vida”
Ha sido un largo viaje desde que Zeller estrenó la obra teatral en francés, "Le Pere", que se basa en las experiencias con su abuela, que ayudó a criarlo antes de empezar a sufrir de demencia. Zeller tenía entonces 15 años.
Una versión inglesa lo llevó a Reino Unido y de ahí a Estados Unidos.
La película llegará más de ocho años después del debut de la obra en París en un mundo muy transformado.
“Con lo que estamos pasando ahora mismo con el virus, cuando vemos a nuestros abuelos, padres, abuelas, tan frágiles (...) creo que todavía estamos muy preocupados y conectados con la fragilidad de la vida”, dijo Zeller.
Pero a pesar del tema tan pesado, la película está lejos de ser sombría.
Hopkins impregna su travieso personaje con momentos de humor y encanto, coqueteando escandalosamente con la joven Laura (Imogen Poots), la última de una larga lista de cuidadoras asediadas.
La música también jugó un papel central. Zeller convenció para que hiciera la banda sonora al italiano Ludovico Einaudi, el mismo que compuso la partitura para una potencial rival en los Óscar, “Nomadland”.
Y después de que Hopkins expresara su amor por la ópera “Los pescadores de perlas” de Bizet, Zeller incorporó un aria al guion. “Le cumplí ese sueño porque él cumplió el mío”, dijo Zeller.