De un corazón metalero sinfónico nació una de las voces femeninas más importantes de la ópera en Colombia. Se trata de Jenny Andrea Orjuela Niño, la cantante bogotana que trascendió fronteras en los rieles del género lírico.
Andrea Niño, como se conoce en el medio, se alzó con uno de los premios más importantes del género en Europa, pues se llevó el primer puesto en el Concurso Internacional de Canto Lírico Virtual de Italia con una propuesta que se robó las miradas del jurado.
Un reconocimiento con el que ahora su potente voz destaca en prestigiosos teatros europeos. Su vida ha estado marcada tanto de éxitos como de momentos difíciles que la han llevado al límite, sin embargo, Andrea continúa dejando en alto a su país.
La mezzosoprano bogotana habló con EL NUEVO SIGLO sobre los obstáculos que ha tenido que sortear y sus glorias.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo era su relación con la música antes de la ópera?
ANDREA NIÑO: La música llegó a mi vida porque mi mamá me inscribió en un coro cuando tenía ocho años. Más adelante estuve en el coro de jóvenes y también alcancé a hacer unos conciertos con el coro de adultos, aunque era una jovencita todavía. Pero ahí fue cuando mi profesor me dijo que tenía potencial. Luego más o menos cuando tenía 14 años tomé clases de solfeo y de piano. Siempre estuve en grupos de música latinoamericana y colombiana. Esos fueron como mis primeros pasos en la música.
ENS: ¿En qué momento de su vida la cautiva la ópera?
AN: Como colombianos no tenemos mucho acercamiento a la ópera y es un poco extraño que muchos de nosotros terminemos cantando un género un poco ajeno a nuestra cultura. Pero elegí ese género porque a mí me gusta mucho el metal sinfónico y de pequeña imitaba a los cantantes de esos grupos. Mi mamá se dio cuenta que era un canto diferente al que se veía en las radios o en la música que se escuchaba normalmente y que me gustaba imitar esa forma de canto, entonces me inscribió a una clase con el tenor, el maestro colombiano Manuel Contreras, ahí tuve mi primera clase de técnica vocal lírica y me dijo que tenía mucho futuro como cantante. Él fue el que me convenció de entrar al Conservatorio de la Universidad Nacional de Colombia.
La ópera para nosotros los latinoamericanos es más como de habituarse, conocerla, de untarse. No es que haya un amor a primera vista, aunque quizás muchas personas tienen ese encuentro a primera vista del amor por la ópera, pero en mi caso fue más de explorarla, conocerla y cantarla.
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ENS: ¿Cómo fue su experiencia al principio con el género lírico?
AN: Pensaba que no iba a durar mucho en la Universidad Nacional porque esta carrera es muy difícil, además había muchos compañeros que se les daban las cosas con el entrenamiento auditivo y todo lo demás que yo veía como imposible, entonces dije que no duraba mucho. Pero de a poquitos me fui destacando en el canto y mis maestros me animaban mucho. Cuando recibí el título como cantante en el Conservatorio, no lo podía creer, nunca pensé que llegaría ese momento porque igual todos sabemos que la Universidad Nacional es bastante difícil. Pero lo logré y comencé a ganarme mis primeros concursos. Nunca imaginé que esta carrera fuera tan generosa conmigo y cada día me sorprende este camino de la música. Quizá porque no soy una persona tan ambiciosa.
ENS: ¿El machismo aún existe en este campo de la música?, ¿en algún punto ha tenido que enfrentarse a esta problemática?
AN: El machismo en el canto lírico no se ve tanto. En concursos, convocatorias y en trabajo como tal, veo cada vez más mujeres y eso me gusta mucho. Depende de los personajes para los que está escrito una ópera. Sin embargo, en el mundo de la música si pasa que por ejemplo los puestos más importantes, los acompañantes de los teatros principales, las directivas de los teatros o de las instituciones musicales siempre son hombres.
Me pasó hace poco cuando hicimos un concierto, en el que éramos menos mujeres que hombres, lo que me hacía analizar que sí seguían sucediendo estas cosas. Luego tuvieron que acortar a la mitad al personal porque íbamos hacer un viaje y solo quedamos dos mujeres en esa selección. Creo que aquí en el mundo de la música y del arte en general falta reforzar esa parte de la igualdad.
ENS: Andrea, ¿se puede vivir de la ópera?
AN: Creo que es más difícil que otras carreras porque para nadie es un secreto que el arte y la cultura no es una prioridad para algunas instituciones gubernamentales. Por ejemplo, si tienen que hacer un recorte de algo, lo hacen en la parte cultural, en las facultades de música en las universidades o en los teatros, entre otras cosas y eso está muy mal porque somos los primeros afectados económicamente, pero también somos muy importantes en la sociedad. En mi caso he vivido bien porque todo me lo he ganado con becas y con concursos y audiciones. Pero es un mundo bastante difícil, hay mucha competencia sobre todo en Europa y en Estados Unidos. Pero si uno hace las cosas bien, si uno es carismático y es buen trabajador, le va a bien, que es lo que me está pasando a mí.
ENS: Hace unos días ganó el primer lugar en el Concurso Internacional de Canto Lírico Virtual en Italia, ¿en qué consistió su propuesta?
AN: Es un concurso muy interesante porque nació en la primera pandemia europea. A una gran soprano italiana se le ocurrió hacer este certamen virtual, en el que cada concursante se ingeniará una puesta en escena dependiendo del 'aria' o de la parte que uno escogiera la ópera. Yo me presenté en la segunda edición, que fue este año y lo hice como solista con una ópera sobre la Cenicienta, de Gioachino Rossini, que es como mi caballito de batalla en todas las audiciones y concursos. Pero como no estoy de acuerdo con el ‘felices para siempre’ después del matrimonio y por esos días se veía en las noticias el aumento de denuncias de violencia doméstica, decidí entonces hacerla al revés para dar un mensaje de reflexión. Justo en la parte que Cenicienta ya está recién casada y dice “nunca más volveré a sufrir” hago mi denuncia contra la violencia, el abuso y el maltrato que han sufrido las mujeres en la pandemia.
ENS: ¿Qué significa este reconocimiento en este momento de tu trayectoria?
AN: Es muy importante porque me pone en la vitrina internacional, lo cual ya estaba comenzando a labrar hace cuatro años que llegué a Europa. Esto me abrió muchísimas posibilidades porque no solo recibí el primer puesto de la categoría de ópera, sino también gané unos premios que son especiales y que me abren las puertas a otros teatros para audicionar y obtener contratos. Justo en este momento que estamos saliendo de esta emergencia del coronavirus, es muy importante para arrancar y volver a este mundo artístico.
ENS: Desde su experiencia, ¿qué tanta visibilidad tiene la ópera en el país?
AN: Muy poquita. Empezando porque las temporadas de ópera son muy cortas. Recuerdo cuando trabajaba en el Coro de la Ópera de Colombia, al máximo se hacían tres títulos, reuniendo quizá a todos los teatros que hacen ópera.
Creo que nos hace falta mucho, aunque también se han logrado muchas cosas y Colombia está dando muy buenos cantantes, que lastimosamente hemos tenido que romper las fronteras para continuar nuestra promoción y para encontrar un mejor bienestar porque la verdad es que en el país vivir de la cultura, sobre todo de la música clásica, es muy difícil.
Uno piensa que no, pero cuando te enteras cuánto le pagan a un cantante de reguetón te vas de cara. No puede ser que yo cante una ópera durante tres horas, que además para poder cantar así tuve que estudiar más de 10 años, y no me paguen ni la décima parte de lo que a ellos les dan. Es increíble. Lo que tenemos que hacer es formarnos culturalmente, ofrecer óperas para que la gente tenga ese acercamiento.
ENS: ¿Qué proyectos tiene en el tintero?
AN: En este verano voy a estar en la Academia Rossiniana, que es una academia italiana prestigiosa para los cantantes que hacemos un tipo de contenido específico, dedicada al compositor Gioachino Rossini y tiene un festival que se llama el Rossini Opera Festival que es muy importante y allí estaré cantando, aprendiendo con grandes cantantes de talla internacional. Haré muchas audiciones, firmaré algunos contratos y también estaré participando en el V Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá en el segundo semestre de este año.