Jóvenes promesas de América Latina brillan en la muestra "Los Ingobernables" que se celebra actualmente en el Nuevo Museo de Arte Moderno de Nueva York, y que presenta a una generación de artistas de países periféricos que desembarca por primera vez en Estados Unidos.
Esta trienal, la única en Nueva York dedicada a artistas emergentes de todo el mundo, "se inspira en el concepto de 'ingobernabilidad' y su transformación de término peyorativo para describir a los 'nativos' que se resistían a ser colonizados a estrategia de desobediencia civil y autodeterminación", explican los organizadores.
En su edición 2012 presenta a 34 artistas nacidos entre mediados de los años 1970 y mediados de los 1980, con una nutrida presencia latinoamericana.
La región está representada de norte a sur y del mundo hispanohablante al de habla portuguesa a través de los argentinos Adrián Villar Rojas, Mariana Telleria y Amalia Pica, los brasileños Jonathas de Andrade y Cinthia Marcelle, el mexicano José Antonio Vega Macotela, los colombiano Gabriel Sierra y Nicolás Paris y la peruana Rita Ponce de León.
La muestra incluye, entre otros, representantes de Líbano, India, Indonesia, China, Nigeria, Egipto, Jamaica, Tailandia, Vietnam, Sudáfrica, Kuwait, lo que permite tener un panorama de la producción artística contemporánea en países con menos visibilidad en Occidente.
En la exposición, dividida en cinco pisos, esta generación de "ingobernables" nacida luego de la independencia (en el caso de países africanos y asiáticos) y los movimientos revolucionarios de la década de 1960 y 1970 exhibe sus "urgencias", su "temporalidad" y su "compromiso" con el presente y el futuro.
Una de las obras más llamativas es la monumental escultura en arcilla "A person loved me" (Una persona me amaba) del Adrián Villar Rojas (Rosario, 1982), concebida especialmente para la trienal y que representa una maquinaria robótica incomprensible y devastada, símbolo de "fracaso, decadencia, ignorancia".
Por su parte, José Antonio Vega Macotela también ofrece una obra de grandes proporciones, "Habemus Gasoline" (Tenemos gasolina), una destiladora de tequila y mezcal que pretende utilizar para refinar hidrocarburos, y con la que denuncia la relación petrolera entre su país y Estados Unidos.
El brasileño Jonhatas de Andrade ofrece de su lado la instalación "Ressaca Tropical", que combina un centenar de fotografías con páginas de un diario personal hallado en la basura que dan una imagen de "lo que es un ciudad y lo que puede ser" y de "cómo el pasado puede permanecer vivo".
Una de las características de esta generación es que oscila entre la movilidad en un mundo globalizado y la permanencia en su lugar natal, algo que se ve en los artistas latinoamericanos elegidos./AFP