“Alis”, la historia detrás de la cinta que brilló en Berlinale | El Nuevo Siglo
El documental muestra la historia de una amiga imaginaria, producto de las experiencias pasadas y futuras de un grupo de ocho adolescentes que vivían en las calles de Bogotá.
Foto @casatarantula
Domingo, 20 de Febrero de 2022
Redacción Cultura

La historia de una amiga imaginaria, producto de las ideas de ocho adolescentes que vivían en las calles de Bogotá, a través de la cual al mismo tiempo retratan sus vivencias pasadas y tal vez futuras, es “Alis”, la cinta documental colombiana de los directores Nicolás Van Hemelryck y Clare Weiskopf que conquistó recientemente un Oso de Cristal en el Festival de Cine de Berlín (Belinale).

Este miércoles se cumplió otra de las citas imperdibles del calendario de eventos y galardones de la industria del cine a nivel internacional. En esta edición del evento alemán, que estuvo dominada por mujeres, brilló esta película alzándose con una estatuilla por ser elegida como mejor película en la sección “Generation 14plus”, dedicada al cine juvenil de la Belinale.

En esta fiesta del cine, “Alis” fue definida por los jurados como “un filme conmovedor que con los medios más simples crea una cercanía e intimidad increíbles y en el que las protagonistas, y también el público, son confrontados con el dolor y con recuerdos de una manera delicada”.

¿Cómo construir una “nueva vida” cuando se nace sin oportunidades? ¿Es posible cambiar la desesperanza y proyectar otro destino?, es lo que plantea la sinopsis de “Alis”, y continúa: Ocho niñas adolescentes que vivieron en las calles de Bogotá cierran los ojos y dan vida a Alis, una compañera ficticia.

A medida que la realidad sobresale y se desvanece la ficción, el juego inocente se convierte en un descenso al infierno, donde sus rostros luminosos nos guían a las profundidades del mundo oscuro que una vez habitaron, del cual emergen con una nueva piel. Su conmovedora narración revela una asombrosa perseverancia para imaginar una vida diferente, romper el ciclo de violencia y abrazar el futuro.

El salto a la pantalla grande

En 2016, mediante una invitación de la “Cinemateca Rodante”, estrategia territorial de la Gerencia de Artes Audiovisuales del Instituto Distrital de las Artes (Idartes), Clare y Nicolás dictaron un taller de cine documental, una experiencia que le dio origen a “Alis”, ganadora del estímulo Desarrollo Documental del FDC y del Premio al Mejor Proyecto en IDFA Forum.

“Cuando nos dicen que vamos a darle el taller a unas jóvenes adolescentes que han estado viviendo en las calles y que han estado en situación de abandono familiar, sentimos una enorme lástima porque tenemos dos hijas pequeñas e imaginarnos a esas niñas en esa situación nos dio muy duro”, le expresó Nicolás en entrevista a EL NUEVO SIGLO.

Sin embargo, la lástima no fue el único sentimiento con el que la pareja de directores se quedó, ya que en estas jóvenes “encontramos fuerza, resiliencia, valor, humor e inocencia, y nos retaron mucho”, comentó Van Hemelryck.  

Durante este espacio de formación cinematográfica, decidieron realizar una película, lo que no fue un camino fácil para los directores, ya que no querían revictimizar con esta producción a estas ocho jóvenes, sino mostrar sus historias de una forma diferente.

“Era muy difícil encontrar la manera de hacerlo porque precisamente no queríamos hacer una película que despertara lástima, que las viera como víctimas, ni que las expusiera porque obviamente se podían revelar cosas que en el futuro no sería bueno que fueran públicas”, contó.

Así, un ejercicio planteado en estas lecciones, que consistía en que las participantes tenían que crear una historia sobre un personaje ficticio, dio el salto a la pantalla grande, dándole paso a una cinta que rompe todas las formas tradicionales de hacer documental.


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Esto, para Van Hemelryck, “era un buen mecanismo para hacer la película y para conocerlas. Nos dimos cuenta de que la imaginación habla más de nosotros mismos que nuestra biografía, y puede revelar cosas que de otra manera permanecerían ocultas”.

Una fórmula de contar la historia de estas ocho jóvenes, que también permitió cumplir con un deseo de los directores: hacer que se convirtieran en parte de la creación de la cinta, en lugar de ser vistas solo como “objetos que observamos”, aclaró Nicolás.

Un documental fuera de lo común

“Alis” no es una cinta documental tradicional, pues a pesar de tener elementos como la realidad, la imaginación también hace parte fundamental del filme.

Así lo afirmó Nicolás, quien a pesar de no haber tenido formación en cine, pues su profesión es la arquitectura, y la de su esposa el periodismo, descubrieron en su camino como directores, con su primer documental, “Amazonas”, que “no existe algo donde uno pueda decir la verdad porque cada persona tiene su propia verdad”, señaló.

De esta forma, sin guiones, los directores proponen en “Alis” una manera más “sincera”, en la que la imaginación termina siendo la principal herramienta para develar las vidas de este grupo de adolescentes, “diferente a que si por ejemplo contamos sus biografías”.

Y continúa indicando que “para nosotros el documental es una película. No creemos que sea como un reportaje o un documento que muestre las cosas como pasaron, sino a partir de la realidad construir una nueva narrativa”.

La labor continúa fuera de cámaras

La cinta deja ver los pensamientos de estas adolescentes condensados en Alis, en cuya historia se puede conocer sus experiencias del pasado o de sus familiares, así como también la capacidad de creación para expresarse sin temores.

“Está claro que Alis de alguna manera sí las representa a todas y no solo a ellas. Nos dimos cuenta de que hay muchas Alis en Colombia y en el mundo. Es una manera en que ellas pueden expresarse sin sentirse juzgadas o cuestionadas, poniendo en ese personaje tanto sus sueños como los obstáculos que ven en la vida”, confirmó Van Hemelryck.

La película ha participado en talleres a nivel internacional, entre ellos en La Fabrique de Cannes, buscando apoyo de varias instituciones. Hoy “Alis” empieza a visibilizar su historia en los grandes eventos del mundo, empezando por la Berlinale con este Oso de Cristal, un reconocimiento que “nos garantiza que la película va a tener mucha más exposición. Nos reafirma que es una historia que conecta con las audiencias y que vale la pena llevarla a la mayor cantidad de lugares que podamos”.

A pesar de ser el inicio del recorrido que la cinta hará por los festivales, esta labor con el grupo de adolescentes no termina allí. Sigue fuera de cámaras con un proyecto, quizá aún más grande que el documental, el cual Clare y Nicolás aspiran sacar adelante en beneficio de estas jóvenes.

Se trata de crear un espacio de transición y oportunidades, para evitar que al momento de cumplir la mayoría de edad estas jóvenes vuelvan a las calles. “Es un espacio, que según los intereses de cada una, les pueda dar herramientas y una independencia económica para esos primeros seis meses o el primer año después de salir, lograr ubicarse y comenzar su vida independiente”.