Con Beats espaciales, shows alucinantes, videos psicodélicos y letras ‘poderosas’ para la gente, el colectivo caribeño Systema Solar presenta su segundo trabajo musical ‘La Revancha del Burro’.
Juan Carlos Pellegrino, arquitecto sonoro del equipo señala que “es importante que no se quede solo en canciones. Pertenecemos a ONG que trabajan con las comunidades en programas de reciclaje, vivienda ecológica, radio comunitaria, intercambio de saberes y educación alternativa. Empoderamiento, básicamente”.
Esta agrupación es diferente en casi todos los aspectos. No juega bajo las reglas habituales. Es un colectivo músico-visual, no una “banda” en el sentido usual de la palabra. Compuesto por siete personas de distintos orígenes sociales y culturales, son el producto de un azar casi cósmico, como su nombre lo insinúa. De esos que suceden muy pocas veces.
“Además vivimos en cuatro ciudades distintas”, explica Pellegrino. “Esto significa que no ensayamos regularmente y que hay mucho espacio para la improvisación. Casi todo sucede sobre el escenario. Hay un cierto elemento caótico, inesperado, de accidente. Pero hemos aprendido que este es, precisamente, nuestro principal ingrediente”. Fue esto, finalmente, lo que los unió desde el comienzo.
¿Cómo empezó?
Su historia arrancó hace seis años en un concierto en Medellín. Allí, reclutados por Vanessa Gocksch, una belga que a su paso por Colombia hacía un documental sobre la escena de hip hop local, se reunieron por primera vez en tarima sin tener muy claro el papel de cada planeta.Desde entonces, nunca han tocado frente a menos de 200 personas.
Y es que el show de Systema Solar es, a lo menos, poderoso. Conectados en escena por un magnetismo contagioso y una inevitable sonrisa, los siete tripulantes de esta nave conducen al público hacia un carnaval trópico-futurista. Una experiencia transformadora que, varias veces, ha sido descrita como una “bola de energía”.
En las visuales y el arte de este Universo está la madre del proyecto: la VJ experimental Gocksch, más conocida en escena como “Pata de Perro”. En las máquinas, el mismo Pellegrino, quien como ingeniero de sonido en Francia, durante la década pasada, presenció la gestación de los discos clásicos de Daft Punk. En los efectos y tratamientos, el DJ responsable de activar la escena rave a mediados de los 90 en Colombia: Dani Boom. En los tornas, una leyenda del hip hop local que, con una mágica técnica de scratch, hace a los vinilos gritar “¡huepa!”: DJ Corpas. En los golpes, un personaje que revienta cueros y samplers con la misma alegre autoridad: Andrews Malandrews. En la conducción de la ceremonia, un maestro chamánico que canaliza información del más allá para transferirla a sus iguales convertida en eslóganes místico-políticos: Índigo. Y en el flow, un pregonero febril que promulga la filosofía del Systema con la lengua más hiperactiva de Colombia: Jhon Pri.
Desde el mítico Glastonbury hasta el exquisito Roskilde, desde el Vive Latino de México hasta el Lollapalooza de Chile, más de 30 países han gozado de la experiencia “berbenáutika”: palabra que, acuñada por el grupo, junta el concepto de “verbena”, la tradicional fiesta callejera celebrada en las calles de los barrios del Caribe colombiano, con el de la “náutica”: el acto de navegar desde ese mundo hacia el corazón del Universo. La vida. Pura ciencia ficción del Caribe.
Con un approach subversivo hacia la nueva música colombiana (samples de cumbia vieja escuela mezclados con feroces beats de techno, scratch hip hopero rasguñando gaitas primitivas), su sonido es una conjunción alegre entre la electrónica de fiesta y los aires de la Colombia afrocaribe. Un sonido que está a medio camino entre el “rave” y el Carnaval de Barranquilla. Haciendo la presentación oficial de esta firma, el debut homónimo Systema Solar (2009) llevó a la agrupación a alturas insospechadas dentro de la alternativa local gracias a himnos instantáneos como Bienvenidos, Mi Kolombia o ¿Quién es el patrón?, convirtiéndola desde entonces en protagonista de los circuitos musicales de avanzada del globo. Como resultado, le tomó casi cuatro año años publicar su segundo disco de estudio.
“Hace décadas, los marineros foráneos comenzaron a traer cargamentos musicales desde África y las islas del Caribe a los puertos de Cartagena y Barranquilla”, dice Pellegrino sobre la inspiración primordial del Systema y el sonido de su nuevo disco. “En fiestas animadas por picós, los mitológicos sound systems de los barrios populares, estos sonidos comenzaron a mezclarse con sabores colombianos. Con el paso del tiempo, a medida que la pista se ponía más pesada y la música más ecléctica, los DJ’s comenzaron a incorporar MC’s para improvisar, a utilizar máquinas de ritmos y teclados baratos para crear beats más efectivos, a pegar una canción con otra para mantener arriba la vibra. Así nació la Champeta.
La Revancha del Burro
Musicalmente está atravesado de principio a fin por este espíritu. Por esa fiesta popular, por ese espíritu picotero que admite a todos a la pista, sin importar de dónde vengan, para que la conexión entre los cuerpos le sume grados a la temperatura. En canciones como Indio guerrero (un furioso electro rock con leves toques EDM y pronunciados acentos indígenas), El botón del pantalón (una champeta perfecta ) o La esquina del movimiento (un cover de la Sonora Matancera, un son del futuro con breaks de house de vieja escuela), los tiempos se entrecruzan, las barreras desaparecen y las fronteras se desdibujan. Los hombres se aparean para celebrar la comunión definitiva. Es por eso, quizás, que el sonido del Systema escapa a todo género. Porque es música que no se encadena.
En uno de los clímax del álbum, la canción Artificial, el new wave de New York se convierte en tropicalia, el picó llega hasta el mítico CBGB’s. En español cojo pero sentido, Debbie Harry, de fama Blondie, canta sobre una bachata
En la ya clásica Sin oficio, canción desprendida de su primer disco, Systema Solar canta acerca desempleo, arrojando hacia el final, con su característico tono de sensatez desparpajada, su célebre sentencia de filosofía costeña: “¡La cuestión es ser feliz!”. Frente a una sociedad hostil que parece conspirar para arrebatarle la alegría a la gente común, Systema Solar convierte la felicidad en una manifestación de dignidad y libertad, rebeldía y resistencia. Y en su nuevo disco, se asegura de recordarnos este flow vital que es a la vez un manifiesto. Esta vez, sin embargo, lo hace en un tono más urgente.
La Revancha del Burro es el relincho de una persona común que ya ha tenido suficiente.